TITULO ORIGINAL: Dulce de Leche (Dulce de Leche)
ORIGEN: Argentina (2011)
DIRECTOR: Mariano Galperin
INTERPRETES: Ailín Salas, Camilo Cuello Vitale, Marcos Rauch, Naiara Awada, Luis Ziembrowski
FOTOGRAFIA: Diego Robaldo
MUSICA: Fabián Picciano
GUION: Martín Greco, Mariano Galperin
GENERO: Drama
DURACION: 84 Minutos
DISTRIBUIDORA: No Problem Cine, Galperin
MUSICA: Fabián Picciano
GUION: Martín Greco, Mariano Galperin
GENERO: Drama
DURACION: 84 Minutos
DISTRIBUIDORA: No Problem Cine, Galperin
MI OPINION:
6/10 BUENA
CRITICA:
EL AMOR VA PRIMERO
Por Martín Morales
Por Martín Morales
La fuerza del amor, aunque sus protagonistas sean personas adolescentes, es el principal mensaje que transmite esta interesante película argentina, que triunfa gracias a su muy bien lograda química entre personajes, a sus correctas actuaciones y a su humor, que poco a poco va apareciendo en el relato.
Luis es un joven que se muda de la ciudad de Buenos Aires para vivir con su madre y su nueva pareja. Aburrido, todo el tiempo compartiéndolo con su mejor amigo junto a los videojuegos y tratando de arreglar un viejo vehículo que parece nunca querer arrancar. Una mañana, mientras iba a buscar cosas para el colegio, se cruza con Anita, una hermosa muchacha de quien él queda profundamente enamorado. Su relación poco a poco va a comenzar a fluir, y pese a que los padres no están muy de acuerdo con la situación y luego de algunos cuestionables hechos en la Institución, ellos van a intentar seguir aferrados el uno al otro.
La cinta se divide en tres claras partes, las cuales, con sus aciertos y desencuentros, crean un interesante y bien logrado relato en el que el amor es el principal eje narrativo. Por un lado, la presentación de cada uno de los personajes. Aquí se pinta a Luis como un joven enamorado que hará todo lo posible por llamar la atención de la chica; a su amigo que está tratando de que ella misma se fije en él; y a la mujer en cuestión, quien poco a poco se va a ir fijando y atrayendo por la personalidad del joven; además de presentar a los respectivos padres, sus situaciones laborales y problemas personales. Esta primera instancia está muy bien planteada y desarrollada, todo sucede con realismo y con un humor divertido y delicado, centralizado en las actitudes del protagonista y en algunas situaciones que tienen a varios personajes en conjunto.
Luego, una vez que los dos personajes se encuentran y comienza la etapa de noviazgo, la cinta va comenzando a dejar de lado la cuestión de la amistad (el mejor amigo de Luis, luego de una pelea, desaparece por completo y después, como si nada hubiese pasado, se los ve nuevamente juntos), para adentrarse en el mundo de la pareja, en su mimetización de vida cómo adultos y en algunos hechos que amenazan con separarlos para siempre. Esta segundo tramo de la cinta también está bien logrado, en especial en lo que respecta al uso de los primeros planos y de la hermosa fotografía para pintar los diferentes lugares y aprovechar los paisajes propios de los espacios abiertos elegidos. A su vez, el humor sigue presente, ahora entrando en terrenos un poco más complicados, como el uso de las drogas, que divierte.
Por último, el tramo final de la historia y el principal inconveniente de la película. La cinta da un giro narrativo presentando un profundo y característico conflicto que, si bien le aporta sentido y profundidad al mensaje de la propuesta, está llevado adelante con mucha rapidez y es introducido y rematado de manera muy apresurada, provocando así que la historia entre en algunos excesos y en lugares comunes que ocasionan un desajuste narrativo, con respecto a los muy bien logrados momentos previos al acontecimiento.
Pese a esto, el relato está muy bien filmado, con una correcta dirección y presenta un trabajo actoral que en todo momento satisface las necesidades del guión, creando una historia creíble, estrepitosa llegando al final, pero muy bien lograda visual, sonora y actoralmente. Ailín Salas (Ana), le brinda dulzura, sentimiento y realismo su personaje, además de crear una muy buena química con Camilo Cuello Vitale (Luis), quien a su vez le aporta carisma y humor a su papel protagónico. Quienes lo acompañan, ya sean Marcos Rauch, Naiara Awada, Luis Ziembrowski y Florencia Raggi, están muy bien en sus respectivos roles.
"Dulce de Leche" es una buena película nacional sobre el significado y la fuerza del amor entre dos jóvenes; bien actuada y con una fotografía hermosa y muy bien dirigida. Una cinta que entra en algunos excesos llegando al final, y que, con un mensaje que logra transmitirse con fluidez y sentimiento y con un relato divertido y emocionante, logra convertirse en una sorpresa muy interesante y bien lograda. Recomendada.
UNA ESCENA A DESTACAR: las escenas con el dulce de leche.