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REPULSION

TITULO ORIGINAL: Repulsion
ORIGEN: Estados Unidos.
INTERPRETES: Catherine Deneuve, Ian Hendry, John Fraser, Yvonne Furneaux
DIRECTOR: Roman Polanski
FOTOGRAFIA: Gilbert Taylor
GUION: Roman Polanski, Gérard Brach
MUSICA: Chico Hamilton
GENERO: Drama.
DURACION: 104 Minutos
CALIFICACION: Apta mayores de 16 años
DISTRIBUIDORA: Compton Films
ESTRENO: 03 de Octubre de 1965


MI OPINION:


9/10 MUY BUENA







CRITICA:

UN RELATO PSICOLOGICAMENTE PERTURBADOR
Por Martín Morales

El primer trabajo en inglés del director Roman Polanski es una fuerte, muy profunda y mucho más complicada de lo que aparenta representación de la mente de una mujer que le teme a los hombres. Una radiografía psicológica perfecta, cruda, excelentemente actuada y que por sobretodas las cosas, forma parte de las mejores cintas de este particular artista.

Carole es una mujer que vive con su hermana, que trabaja en un centro de estética y que está siendo perseguida por el amor de un hombre. Cuando su hermana se va de vacaciones y ella se queda sola en el departamento comienza una verdadera travesía, donde sus pensamientos y sensaciones le van a jugar una mala pasada y donde los recuerdos están más presentes que nunca.

Si hay algo que merece el reconocimiento de esta película y del trabajo de Polanski en la dirección, es la acertada manera de contar los hechos. De forma lineal, muy pausadamente, tomándose el tiempo para explicar cada uno de los detalles de la vida de la protagonista, dejando puertas abiertas para que el espectador detallista las pueda cerrar y creando un atmósfera tranquila pero desquiciante. Que la historia esté contada de manera lenta, en esta oportunidad le favorece a la historia, ya que no se entretiene en mostrar situaciones que no tengan que ver con las actitudes de la mujer, entrando rápidamente en la mente de ella y planteando su creciente locura desde que la cinta comienza. Este es un viaje dentro de lo desconocido, por la mente de una muchacha perturbada, decidida a hacer todo lo posible por sacar de su memoria los malos recuerdos.

El conflicto es interno, no hay personas malas ni buenas, es la mujer tratando de luchar contra si misma, tratando de superar las cosas que le molestaron y que en ese momento parecen volver a tomar forma carnal. Todo lo que la rodea y cada una de las escenas en las que ella no está presente ayudan a crear ese clima perturbador y a darle un sentido mucho más profundo sobre las intenciones de la muchacha y su realidad. Las conversaciones con la compañera del trabajo, ese único momento en el que se la ve reír sin pretensiones que es interrumpido repentinamente cuando recuerda porqué está como está; las charlas entre su enamorado y sus amigos; las escenas en las que ella está en el trabajo; la figura del conejo; los sonidos de la habitación de al lado por las noches; las monjas en frente de su hogar; el vaso en el baño; las papas en la cocina; los sueños; la clara diferencia e intención al plantear un estereotipo masculino; y principalmente, una de las metáforas más profundas y reflexivas de la película, el departamento agrietándose mientras ella va inspeccionando su mente y tratando de resolver de la mejor manera sus sentimientos. Todo está vinculado entre sí, los detalles son muy ricos, aportan mucho sentido y hacen pensar al espectador.

La lentitud del relato también ayuda a que el público pueda adentrarse en la mente de la protagonista y no llegar a entenderla, pero si a tratar de ponerse en su lugar e ir descubriendo poco a poco qué es lo que la hace actuar de dicha manera. El departamento que comparte con su hermana poco a poco se va convirtiendo en un infierno, en una sala central en la que cada uno de sus pasillos llevan a una escalofriante y horripilante nueva habitación. Este desarrollo es perfecto y gracias a cada una de las decisiones técnicas que se decidieron llevar adelante, ya sean los primeros planos a los diferentes objetos, los encuadres picados y subjetivos a la protagonista, y el juego con los sonidos, luces, sombras y silencios, la película logra internar al espectador y hacerlo testigo de las crueldades que rodean las salas del departamento.

Carol se introduce como una mujer que se la ve cansada, agobiada, que le molesta la estadía del novio de su hermana en su hogar, que falta al trabajo y que se queda dormida mientras trata de cumplir sus obligaciones. Todo esto, hasta que se descubre el verdadero sentido de su estado (hasta el último segundo uno no sabe con exactitud qué es lo que le sucede), le aporta mucho misterio a la película, además Catherine Deneuve la dota de mucho suspenso y de una paz perturbada por algo que el público no sabe. Cuando su personaje necesita de expresión y de que la locura salte de si misma, la actriz lo logra con perfección, finalizando de la mejor manera. Los demás actores la acompañan muy bien, pero es ella la que se lleva al hombro la totalidad de la historia.

Perturbadora, muy realista, llena de metáforas y de situaciones que pueden parecer estar fuera de contexto, pero que desarrollan una profundidad excelente a la problemática y a la resolución. Una cinta que merece ser vista más de una vez para interpretar cada uno de los detalles que se plantean; con una actuación protagónica por parte de Catherine Deneuve soberbia; con una dirección exquisita y una historia que parece sencilla pero que explora con claridad y mucho horror la mente de una mujer que sufre y no soporta a los hombres. Una de las mejores películas de Roman Polanski.

El detalle del comienzo y del final (los ojos) es quizás el elemento más perturbador de la película.

UNA ESCENA A DESTACAR: primer sueño

TRAILER:
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