ORIGEN: Estados Unidos.
INTERPRETES: Susan Lanier, Robert Houston, Martin Speer, Dee Wallace-Stone, Russ Grieve
DIRECTOR: Wes Craven
FOTOGRAFIA: Eric Saarinen
GUION: Wes Craven
MUSICA: Don Peake
GENERO: Terror.
DURACION: 89 Minutos
CALIFICACION: Apta mayores de 16 años
DISTRIBUIDORA: Vanguard
ESTRENO: 22 de Juliode 1977
MI OPINION:
6/10 BUENA
CRITICA:
CUANDO LA SIMPLICIDAD AYUDA
Por Martín Morales
Por Martín Morales
Este film de Wes Craven es un claro ejemplo de esas películas en las que no pasa nada que movilice o ponga a pensar al espectador, pero que logra atraparlo, creando una atmósfera muy bien lograda y una seguidilla de acontecimientos brutales que van convirtiendo a la cinta en una experiencia desagradable pero entretenida, pese a que hace más de treinta años que se estrenó.
Una familia norteamericana está de viaje, pero antes de llegar a destino deciden ir a ver unas minas de plata abandonadas. En el trayecto entran en una zona prohibida, chocan con un arbusto y quedan parados en el medio del desierto. En el lugar vive un extraño grupo de personas que tienen hambre y van a hacer todo lo posible por matar a los visitantes.
La historia es muy sencilla, comienza de manera pausada, sin mostrar demasiada acción y ocultando hasta pasada la mitad de duración la identidad de las criaturas humanas que habitan en las colinas. Esto es muy correcto, nunca aburre, mantiene fija la atención del espectador y lo prepara para los momentos posteriores. Una vez que el conflicto aparece y comienza a desarrollarse, van apareciendo muchas preguntas que nunca son respondidas y otras, pocas, que son fundamentadas con escasas y dudosas palabras.
Aquí los protagonistas son una familia común y corriente, sin vicios ni personalidades distintas entre ellos, con identidades muy similares, marcando una relación amistosa muy buena. En cambio, los villanos son todo lo contrario. Son una familia de caníbales que se llevan mal, que respetan al jefe, maltratadores y que disfrutan de la cacería y la matanza de personas. Este antagonismo está muy bien logrado, especialmente cuando las dos familias se chocan y comienzan a luchar por sobrevivir.
Las identidades de los villanos están inconclusas, no se entienden con profundidad y Craven nunca se toma el tiempo en dejar en claro con exactitud sus orígenes y sus personalidades. Pero pese a esto, los mismos logran desarrollar un aura de temor y salvajismo muy bien lograda, que se destaca en cada una de las escenas en las que ellos van a matar a sus víctimas.
Hay escenas sangrientas, aunque son muy pocas; el maquillaje es muy acorde, al igual que el trabajo realizado con cada una de las prótesis en los personajes o las heridas (talón, excelente momento); la música, aunque no logra destacarse o marcar una melodía característica, es correcta; la fotografía es dudosa por momentos, al igual que las elecciones de los planos y encuadres, cosa que molesta y no deja ver con claridad y detalle algunos momentos interesantes.
La simplicidad aquí triunfa, con muy pocos personajes y escasas locaciones se logró contar un relato atrapante, desagradable por momentos, inconcluso por otros, pero interesante y en cierta manera original (le juega mucho en contra que pocos años antes se haya estrenado "The Texas Chainsaw Massacre" y tiene momentos muy similares a los planteados en este film). Le faltó más contundencia y fuerza en las personalidades asesinas, y decisión y determinación a la hora de filmar cada una de las muertes y mutilaciones, aunque no se puede negar que tiene sus momentos bien logrados: los cuchillazos del final y algunos sustos imprevisibles.
Los animales tienen un protagonismo muy importante, un perro mata mas personas que cualquiera de los personajes principales, correctamente implementada la idea en la película. Las actuaciones son buenas, especialmente en la familia de víctimas, al desarrollar personalidades muy sencillas y casi nunca salirse de su personaje (la interrupción repentina de la emoción y algunas decisiones algo forzadas, por ejemplo). Robert Houston, como Bobby, en el rol con más carácter y determinación, correcto; Susan Lanier, mujer que grita desesperadamente y Cordy Clark, la madre, son quienes más se destacan. En los papeles villanos, Michael Berryman, Plutón, el malo más interesante y mejor logrado de la película.
Con un final que dice poco y deja un sabor amargo, con villanos que no dejan en claro sus propósitos, con una simplicidad increíble, pero con muy bien logradas escenas de suspenso, algunos sustos impredecibles, momentos de lucimiento escénico y un atrapante planteo narrativo, "The Hills Have Eyes" es una película que tiene sus errores, pero que es imposible negar su merecido lugar en la lista de clásicos inconfundibles de la historia del cine de terror.
UNA ESCENA A DESTACAR: escena con el perro y Plutón
Una familia norteamericana está de viaje, pero antes de llegar a destino deciden ir a ver unas minas de plata abandonadas. En el trayecto entran en una zona prohibida, chocan con un arbusto y quedan parados en el medio del desierto. En el lugar vive un extraño grupo de personas que tienen hambre y van a hacer todo lo posible por matar a los visitantes.
La historia es muy sencilla, comienza de manera pausada, sin mostrar demasiada acción y ocultando hasta pasada la mitad de duración la identidad de las criaturas humanas que habitan en las colinas. Esto es muy correcto, nunca aburre, mantiene fija la atención del espectador y lo prepara para los momentos posteriores. Una vez que el conflicto aparece y comienza a desarrollarse, van apareciendo muchas preguntas que nunca son respondidas y otras, pocas, que son fundamentadas con escasas y dudosas palabras.
Aquí los protagonistas son una familia común y corriente, sin vicios ni personalidades distintas entre ellos, con identidades muy similares, marcando una relación amistosa muy buena. En cambio, los villanos son todo lo contrario. Son una familia de caníbales que se llevan mal, que respetan al jefe, maltratadores y que disfrutan de la cacería y la matanza de personas. Este antagonismo está muy bien logrado, especialmente cuando las dos familias se chocan y comienzan a luchar por sobrevivir.
Las identidades de los villanos están inconclusas, no se entienden con profundidad y Craven nunca se toma el tiempo en dejar en claro con exactitud sus orígenes y sus personalidades. Pero pese a esto, los mismos logran desarrollar un aura de temor y salvajismo muy bien lograda, que se destaca en cada una de las escenas en las que ellos van a matar a sus víctimas.
Hay escenas sangrientas, aunque son muy pocas; el maquillaje es muy acorde, al igual que el trabajo realizado con cada una de las prótesis en los personajes o las heridas (talón, excelente momento); la música, aunque no logra destacarse o marcar una melodía característica, es correcta; la fotografía es dudosa por momentos, al igual que las elecciones de los planos y encuadres, cosa que molesta y no deja ver con claridad y detalle algunos momentos interesantes.
La simplicidad aquí triunfa, con muy pocos personajes y escasas locaciones se logró contar un relato atrapante, desagradable por momentos, inconcluso por otros, pero interesante y en cierta manera original (le juega mucho en contra que pocos años antes se haya estrenado "The Texas Chainsaw Massacre" y tiene momentos muy similares a los planteados en este film). Le faltó más contundencia y fuerza en las personalidades asesinas, y decisión y determinación a la hora de filmar cada una de las muertes y mutilaciones, aunque no se puede negar que tiene sus momentos bien logrados: los cuchillazos del final y algunos sustos imprevisibles.
Los animales tienen un protagonismo muy importante, un perro mata mas personas que cualquiera de los personajes principales, correctamente implementada la idea en la película. Las actuaciones son buenas, especialmente en la familia de víctimas, al desarrollar personalidades muy sencillas y casi nunca salirse de su personaje (la interrupción repentina de la emoción y algunas decisiones algo forzadas, por ejemplo). Robert Houston, como Bobby, en el rol con más carácter y determinación, correcto; Susan Lanier, mujer que grita desesperadamente y Cordy Clark, la madre, son quienes más se destacan. En los papeles villanos, Michael Berryman, Plutón, el malo más interesante y mejor logrado de la película.
Con un final que dice poco y deja un sabor amargo, con villanos que no dejan en claro sus propósitos, con una simplicidad increíble, pero con muy bien logradas escenas de suspenso, algunos sustos impredecibles, momentos de lucimiento escénico y un atrapante planteo narrativo, "The Hills Have Eyes" es una película que tiene sus errores, pero que es imposible negar su merecido lugar en la lista de clásicos inconfundibles de la historia del cine de terror.
UNA ESCENA A DESTACAR: escena con el perro y Plutón
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