TITULO ORIGINAL: An American Werewolf in LondonORIGEN: Estados Unidos.
INTERPRETES: David Naughton, Griffin Dunne, Jenny Agutter, John Woodvin,e Lila Kaye, David Schofield, Brian Glover, Anne-Marie Davie,s Frank Oz, Don McKillop, Paul Kember, Sydney Bromley
DIRECTOR: John Landis
GUION: John Landis
MUSICA: Rolfe Kent.
GENERO: Terror.
DURACION: 97 Minutos
CALIFICACION: Apta mayores de 16 años
DISTRIBUIDORA: Universal Studios
ESTRENO: 17 de Diciembre de 1981
MI OPINION:
8/10 MUY BUENA
CRITICA:
UN ESCALOFRIANTE HOMBRE LOBO CON PASOS DE COMEDIA
Por Martín Morales
Por Martín Morales
Son muchas las películas que tienen como protagonista a un hombre lobo, pero pocas las que han captado con respeto y originalidad la identidad de dicha figura mitológica. En este caso, la historia mezcla con total éxito el horror propio del licántropo con unos toques de humor muy bien implementados en el relato.
Dos amigos deciden ir de viaje a Inglaterra, cuando están por llegar a Londres se topan con un pequeño pueblito, en el que habitan unas personas paranoicas y muy supersticiosas. Luego de un inconveniente que se produce entre ellos, los dos amigos, en plena luna llena, deciden retomar su camino. Uno de ellos va a ser mordido por un hombre lobo y a partir de ese momento va a tener que aceptar su nueva realidad.
La cinta se toma el tiempo necesario para contar correctamente la historia y tratar de dejar en claro cada uno de los pasajes que forman la trama. La sangre y las escenas gore escasean, pero cuando aparecen están muy bien logradas y crean un suspenso espectacular. Esto favorece en dos aspectos a la película: primero que nada le crea una expectativa muy fuerte a la esperada transformación del protagonista, y segundo, le da la oportunidad a que otros aspectos de la historia se desarrollen y no simplemente se convierta en una cacería y un show explícito sobre el hambre de la criatura. Es así como aparece un elemento fundamental y muy homogéneo del relato: el humor. El mismo está desarrollado de manera indirecta, no hay gags, no aparecen situaciones ridículas ni se pone en juego la credibilidad de la historia con la incursión de la gracia. Aquí se plantean movimientos de cámara que juegan con las locaciones y la ambientación, algunos guiños a la realidad de la época inglesa, momentos mudos muy bien logrados, y la aparición de muertos vivos que son los principales agentes que invocan el humor.
Cuando el terror es necesario y la historia precisa que el espectador sienta escalofríos, por suerte se deja de lado todo intento de humor y el guión se compromete en hacerle pasar unos momentos incómodos al público. La transformación a hombre lobo es sencillamente una de las mejores logradas en la historia del cine, no por sus efectos especiales (un uso increíble del maquillaje), sino por la interpretación de David Naughton, quien le aporta mucha emoción y dolor al momento. Una escena espléndida.
Una vez que la criatura aparece, los 10 minutos en los que ataca y mata son memorables, en especial la muerte en el subte, un momento muy bien filmado y desarrollado. La cámara subiendo por las escaleras mecánicas y con un encuadre picado mostrando la totalidad del lugar y dándole paso a que el animal entre en escena lentamente, un momento que desarrolla un suspenso inmejorable.
Las actuaciones, aparte de la correcta labor realizada por el protagonista en su transformación y en cada uno de los momentos previos y posteriores a la misma, son buenas. Entre ellas se destacan Jenny Agutter, en el rol de la enfermera quien logra una química muy buena con su compañero (la escena en la que le da de comer en la boca es muy dulce); Griffin Dunne, como el muerto irónico y John Woodvine, un doctor fiel a sus conocimientos pero abierto a nuevas creencias.
El maquillaje es muy bueno, especialmente en el trabajo realizado en el hombre lobo y en cada una de las muertes y apariciones de los zombies; la música ágil con clásicos de la época como "Bad Moon Rising" de Creedence Clearwater Revival, en un momento muy divertido; la edición es acorde a las necesidades de la trama y la ambientación, oscura y tétrica por momentos, acompaña muy bien la historia.
"An American Werewolf in London" es un clásico merecido del cine comedia-terror de la década de los 80. Una película que tiene sus errores, especialmente basados en saltos temporales poco coherente, pero que combina muy bien el horror y la historia del hombre lobo con el humor y la elocuencia de una comedia inteligente y astuta. Un film que vale la pena volver a ver, con las suficientes virtudes cinematográficas como para permanecer en el tiempo. Una de las mejores cintas sobre licántropos.
UNA ESCENA A DESTACAR: subte
Dos amigos deciden ir de viaje a Inglaterra, cuando están por llegar a Londres se topan con un pequeño pueblito, en el que habitan unas personas paranoicas y muy supersticiosas. Luego de un inconveniente que se produce entre ellos, los dos amigos, en plena luna llena, deciden retomar su camino. Uno de ellos va a ser mordido por un hombre lobo y a partir de ese momento va a tener que aceptar su nueva realidad.
La cinta se toma el tiempo necesario para contar correctamente la historia y tratar de dejar en claro cada uno de los pasajes que forman la trama. La sangre y las escenas gore escasean, pero cuando aparecen están muy bien logradas y crean un suspenso espectacular. Esto favorece en dos aspectos a la película: primero que nada le crea una expectativa muy fuerte a la esperada transformación del protagonista, y segundo, le da la oportunidad a que otros aspectos de la historia se desarrollen y no simplemente se convierta en una cacería y un show explícito sobre el hambre de la criatura. Es así como aparece un elemento fundamental y muy homogéneo del relato: el humor. El mismo está desarrollado de manera indirecta, no hay gags, no aparecen situaciones ridículas ni se pone en juego la credibilidad de la historia con la incursión de la gracia. Aquí se plantean movimientos de cámara que juegan con las locaciones y la ambientación, algunos guiños a la realidad de la época inglesa, momentos mudos muy bien logrados, y la aparición de muertos vivos que son los principales agentes que invocan el humor.
Cuando el terror es necesario y la historia precisa que el espectador sienta escalofríos, por suerte se deja de lado todo intento de humor y el guión se compromete en hacerle pasar unos momentos incómodos al público. La transformación a hombre lobo es sencillamente una de las mejores logradas en la historia del cine, no por sus efectos especiales (un uso increíble del maquillaje), sino por la interpretación de David Naughton, quien le aporta mucha emoción y dolor al momento. Una escena espléndida.
Una vez que la criatura aparece, los 10 minutos en los que ataca y mata son memorables, en especial la muerte en el subte, un momento muy bien filmado y desarrollado. La cámara subiendo por las escaleras mecánicas y con un encuadre picado mostrando la totalidad del lugar y dándole paso a que el animal entre en escena lentamente, un momento que desarrolla un suspenso inmejorable.
Las actuaciones, aparte de la correcta labor realizada por el protagonista en su transformación y en cada uno de los momentos previos y posteriores a la misma, son buenas. Entre ellas se destacan Jenny Agutter, en el rol de la enfermera quien logra una química muy buena con su compañero (la escena en la que le da de comer en la boca es muy dulce); Griffin Dunne, como el muerto irónico y John Woodvine, un doctor fiel a sus conocimientos pero abierto a nuevas creencias.
El maquillaje es muy bueno, especialmente en el trabajo realizado en el hombre lobo y en cada una de las muertes y apariciones de los zombies; la música ágil con clásicos de la época como "Bad Moon Rising" de Creedence Clearwater Revival, en un momento muy divertido; la edición es acorde a las necesidades de la trama y la ambientación, oscura y tétrica por momentos, acompaña muy bien la historia.
"An American Werewolf in London" es un clásico merecido del cine comedia-terror de la década de los 80. Una película que tiene sus errores, especialmente basados en saltos temporales poco coherente, pero que combina muy bien el horror y la historia del hombre lobo con el humor y la elocuencia de una comedia inteligente y astuta. Un film que vale la pena volver a ver, con las suficientes virtudes cinematográficas como para permanecer en el tiempo. Una de las mejores cintas sobre licántropos.
UNA ESCENA A DESTACAR: subte
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