ORIGEN: Estados Unidos.
INTERPRETES: Ellen Burstyn, Linda Blair, Max von Sydow, Jason Miller, Lee J. Cobb, Mercedes McCambridge
DIRECTOR: William Friedkin
FOTOGRAFIA: Owen Roizman
GUION: William Peter Blatty
MUSICA: Jack Nitzsche, Mike Oldfield
GENERO: Terror.
DURACION: 132 Minutos
CALIFICACION: Apta mayores de 16 años
DISTRIBUIDORA: Warner Bros.
ESTRENO EN BUENOS AIRES: 26 de Diciembre de 1973
MI OPINION:
10/10 EXCELENTE
CRITICA:
¿LA MEJOR PELICULA DE TERROR DE LA HISTORIA?
Por Martín Morales
Por Martín Morales
Calificar a una película como la mejor cinta de terror de la historia de la cinematografía es algo sumamente subjetivo, creo que cada persona tiene una opinión marcada sobre el género y por supuesto, cada quien tiene sus películas favoritas. Pero hay algo que no se le puede negar a "El Exorcista", aunque pueda o no ser el film número uno del horror: siempre aparece dignamente en las encuestas, siempre está en la mente del espectador como una de las obras maestras del género y siempre es comparada con las películas que hoy en día se estrenan y narran parecidos acontecimientos, como si este fuese el límite o la meta a superar.
Entonces, ¿Por qué cuando alguien pregunta cuál es la mejor película de terror y aunque tal vez no lo pensemos de tal manera, esta cinta siempre aparece?, la respuesta es muy sencilla: "El Exorcista" es una excelente película que logró quebrar el género y hasta el momento no existe film, que toque la misma temática, que haya explorado la crueldad y el terror que aquí se desarrolla.
Chris es una actriz que tiene una encantadora hija, una muchacha que le encanta el trabajo de su madre y extraña a su padre luego de la separación. Un día común y corriente la pequeña Regan comienza a presentar síntomas extraños, a estar inquieta y a maldecir a toda persona que se le interponga en el camino. Como la medicina no puede hacer nada por su hija, Chris decide llamar a un sacerdote para que le haga un exorcismo.
La historia se puede dividir en dos partes que en cierto momento se juntan. Por un lado, el desarrollo de la vida de Chris y Regan, madre e hija, su relación de amor y compañerismo que se plantea al comienzo y cada una de las situaciones que van sucediendo mientras los minutos van pasando. Desde un principio el director deja en claro una intención, se toma el tiempo para contar cosas que aportan poco al desarrollo argumental, como el interés por los caballos de la niña o la relación con cada uno de los trabajadores que ayudan en la casa, pero que presentan una importancia muy fuerte en la trama, ya que muestran la paz, el amor y la fraternidad que hay en la familia, produciendo así que el choque emocional producido frente al conflicto se sienta mucho más profundo y cobre un sentido mucho más intenso.
Por otro lado, se encuentra la vida de un padre, sus ambiciones y errores como persona, se cuenta la relación con su madre y una decisión que lo va a perseguir en sueños. Al mismo tiempo, se plantea, a su alrededor y con la intromisión de otro personaje, un hecho policial que producirá la unión entre ambas historias. Este desarrollo es muy interesante y muy rico, ya que se le da una personalidad, un presente y un pasado a uno de los responsables del exorcismo casi al final de la cinta, y no lo convierten en un simple hombre que aparece para hacer su trabajo y se retira sin aportar emoción ni terror al espectador.
Una vez que el conflicto aparece, poco antes de la mitad del relato, la película comienza a adoptar una velocidad y una maestría en la manera de ser contada que sorprende. Se puede apreciar muy lentamente la posesión de Regan, como la misma se va desarrollando y se va apoderando del cuerpo de la pequeña niña. Es aquí donde se plantea una cuestión muy fuerte, muy bien implementada por el director y el guionista, que por supuesto mantiene intacta la intención principal de la cinta: la ciencia misma le dice a la madre que llame a un sacerdote para que le haga un exorcismo a la chica. Esta vuelta de tuerca, impensada para un film que muestra una dualidad entre la Ciencia y la Religión, no hace más que afirmar la postura de William Friedkin ante este relato, lo cual le aporta una verosimilitud mucho mayor a la historia.
De esta manera la trama, lineal, se preocupa en su totalidad por contar qué es lo que está sucediendo con Regan y cada uno de los procedimientos previos al esperado exorcismo. Aquí se puede destacar la escena en la que se le hace una angiografía cerebral, momento muy impresionable y muy bien logrado visual y dramáticamente. A su vez, mientras los minutos van pasando el rostro de la niña se va deteriorando, se va pudriendo, cortando, mostrando en carne viva sus facciones, cambiándole el color de los ojos y volviéndose escalofriante, al mismo tiempo que su cuerpo se va retorciendo y produciendo ruidos extraños.
El suspenso aquí se logra, dejando de lado a la figura diabólica que por sí sola produce miedo, mediante el uso de las herramientas clásicas del género: hay un magnífico uso de las sombras, de los ruidos repentinos, de los susurros, de las imágenes crudas, de los silencios y de la poca utilización de la sangre como líquido predominante. Pero hay algo que la hace única, un recurso que muchas películas posteriores utilizaron y que aquí produce escalofríos cuando aparece: un simple fotograma del rostro del diablo, casi imperceptible, incrustado entre las escenas, un detalle terrorífico que funciona a la perfección. El exorcismo, o sea los últimos veinte minutos, desarrollan una intensidad y una potencia terrorífica, acompañado por un excelente tratamiento visual, una excelente banda sonora y la creación de atmósferas inquietantes.
Las actuaciones son muy buenas. Linda Blair, la niña poseída, está perfecta, no solo al comienzo al demostrar y dejar en claro su amor por la familia y esa sonrisa que va adoptando intenciones siniestras mientras los minutos van pasando, sino también en los minutos finales, cuando su personaje necesita del realismo y de la seriedad. Ellen Burstyn, la madre, le aporta dematismo y verosimilitud a cada una de las reacciones de su rol y a ese sentimiento propio de maternidad. Max von Sydow, el exorcista que aparece al comienzo y al final, muy buen logradas todas sus escenas, y Jack MacGowran, el padre, quien crea un sentimiento de arrepentimiento profundo y creíble.
"El Exorcista" es una cinta que está muy bien dirigida; con un guión original, astuto e inteligente, que sorprende y asusta; con una banda sonora que capta y crea el clima adecuado para cada momento; con actuaciones soberbias; con un diseño artístico sorprendente; con un planteo que nunca pone en juego la credibilidad del relato y por sobretodo, con un terror ,que sin importar el paso de los años, sigue funcionando y poniendo de punta los pelos del espectador. Muchos la catalogan como la mejor película de horror de la historia del cine, puede que sea cierto, hay que haber visto muchas cintas del género para afirmarlo, y que mejor manera de saberlo que descubrirlo uno mismo. Excelente película.
UNA ESCENA A DESTACAR: exorcismo
Entonces, ¿Por qué cuando alguien pregunta cuál es la mejor película de terror y aunque tal vez no lo pensemos de tal manera, esta cinta siempre aparece?, la respuesta es muy sencilla: "El Exorcista" es una excelente película que logró quebrar el género y hasta el momento no existe film, que toque la misma temática, que haya explorado la crueldad y el terror que aquí se desarrolla.
Chris es una actriz que tiene una encantadora hija, una muchacha que le encanta el trabajo de su madre y extraña a su padre luego de la separación. Un día común y corriente la pequeña Regan comienza a presentar síntomas extraños, a estar inquieta y a maldecir a toda persona que se le interponga en el camino. Como la medicina no puede hacer nada por su hija, Chris decide llamar a un sacerdote para que le haga un exorcismo.
La historia se puede dividir en dos partes que en cierto momento se juntan. Por un lado, el desarrollo de la vida de Chris y Regan, madre e hija, su relación de amor y compañerismo que se plantea al comienzo y cada una de las situaciones que van sucediendo mientras los minutos van pasando. Desde un principio el director deja en claro una intención, se toma el tiempo para contar cosas que aportan poco al desarrollo argumental, como el interés por los caballos de la niña o la relación con cada uno de los trabajadores que ayudan en la casa, pero que presentan una importancia muy fuerte en la trama, ya que muestran la paz, el amor y la fraternidad que hay en la familia, produciendo así que el choque emocional producido frente al conflicto se sienta mucho más profundo y cobre un sentido mucho más intenso.
Por otro lado, se encuentra la vida de un padre, sus ambiciones y errores como persona, se cuenta la relación con su madre y una decisión que lo va a perseguir en sueños. Al mismo tiempo, se plantea, a su alrededor y con la intromisión de otro personaje, un hecho policial que producirá la unión entre ambas historias. Este desarrollo es muy interesante y muy rico, ya que se le da una personalidad, un presente y un pasado a uno de los responsables del exorcismo casi al final de la cinta, y no lo convierten en un simple hombre que aparece para hacer su trabajo y se retira sin aportar emoción ni terror al espectador.
Una vez que el conflicto aparece, poco antes de la mitad del relato, la película comienza a adoptar una velocidad y una maestría en la manera de ser contada que sorprende. Se puede apreciar muy lentamente la posesión de Regan, como la misma se va desarrollando y se va apoderando del cuerpo de la pequeña niña. Es aquí donde se plantea una cuestión muy fuerte, muy bien implementada por el director y el guionista, que por supuesto mantiene intacta la intención principal de la cinta: la ciencia misma le dice a la madre que llame a un sacerdote para que le haga un exorcismo a la chica. Esta vuelta de tuerca, impensada para un film que muestra una dualidad entre la Ciencia y la Religión, no hace más que afirmar la postura de William Friedkin ante este relato, lo cual le aporta una verosimilitud mucho mayor a la historia.
De esta manera la trama, lineal, se preocupa en su totalidad por contar qué es lo que está sucediendo con Regan y cada uno de los procedimientos previos al esperado exorcismo. Aquí se puede destacar la escena en la que se le hace una angiografía cerebral, momento muy impresionable y muy bien logrado visual y dramáticamente. A su vez, mientras los minutos van pasando el rostro de la niña se va deteriorando, se va pudriendo, cortando, mostrando en carne viva sus facciones, cambiándole el color de los ojos y volviéndose escalofriante, al mismo tiempo que su cuerpo se va retorciendo y produciendo ruidos extraños.
El suspenso aquí se logra, dejando de lado a la figura diabólica que por sí sola produce miedo, mediante el uso de las herramientas clásicas del género: hay un magnífico uso de las sombras, de los ruidos repentinos, de los susurros, de las imágenes crudas, de los silencios y de la poca utilización de la sangre como líquido predominante. Pero hay algo que la hace única, un recurso que muchas películas posteriores utilizaron y que aquí produce escalofríos cuando aparece: un simple fotograma del rostro del diablo, casi imperceptible, incrustado entre las escenas, un detalle terrorífico que funciona a la perfección. El exorcismo, o sea los últimos veinte minutos, desarrollan una intensidad y una potencia terrorífica, acompañado por un excelente tratamiento visual, una excelente banda sonora y la creación de atmósferas inquietantes.
Las actuaciones son muy buenas. Linda Blair, la niña poseída, está perfecta, no solo al comienzo al demostrar y dejar en claro su amor por la familia y esa sonrisa que va adoptando intenciones siniestras mientras los minutos van pasando, sino también en los minutos finales, cuando su personaje necesita del realismo y de la seriedad. Ellen Burstyn, la madre, le aporta dematismo y verosimilitud a cada una de las reacciones de su rol y a ese sentimiento propio de maternidad. Max von Sydow, el exorcista que aparece al comienzo y al final, muy buen logradas todas sus escenas, y Jack MacGowran, el padre, quien crea un sentimiento de arrepentimiento profundo y creíble.
"El Exorcista" es una cinta que está muy bien dirigida; con un guión original, astuto e inteligente, que sorprende y asusta; con una banda sonora que capta y crea el clima adecuado para cada momento; con actuaciones soberbias; con un diseño artístico sorprendente; con un planteo que nunca pone en juego la credibilidad del relato y por sobretodo, con un terror ,que sin importar el paso de los años, sigue funcionando y poniendo de punta los pelos del espectador. Muchos la catalogan como la mejor película de horror de la historia del cine, puede que sea cierto, hay que haber visto muchas cintas del género para afirmarlo, y que mejor manera de saberlo que descubrirlo uno mismo. Excelente película.
UNA ESCENA A DESTACAR: exorcismo
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