TITULO ORIGINAL: The collectorORIGEN: Estados Unidos.
GENERO: Terror.
DIRECTOR: Marcus Dunstan
GUION: Marcus Dunstan y Patrick Melton
INTERPRETES:Josh Stewart, Michael Reilly Burke, Andrea Roth, Juan Fernández, Karley Scott Collins
DURACION: 90 Minutos
CALIFICACION: Apa para mayores de 16 años
DISTRIBUIDORA: Impacto
ESTRENO EN BUENOS AIRES: 28 de Octubre de 2010
MI OPINION:
3/10 MALA
CRITICA:
LA VERSION DE TERROR DE MI POBRE ANGELITO
Por Martín Morales
Por Martín Morales
El debut en la dirección de Marcus Dunstan, y aunque son películas distintas, se ve totalmente influenciado con las cintas de "El Juego del Miedo", ya que posee una gama de colores muy similar, una edición rápida, litros de sangre y un argumento que se basa principalmente en la tortura y las trampas. Este es quizás el principal error de esta película, ya que nunca encuentra el rumbo y no se preocupa en buscar un estilo propio que la identifique y la aleje de los trabajos realizados con los guiones de las últimas secuelas de "Saw".
Arkin necesita dinero para poder salir de una deuda que tiene con gente peligrosa. Para conseguirlo decide ir a robar al hogar en donde está trabajando como albañil, ya que los dueños se fueron de viaje. Cuando ingresa se da cuenta de que no está solo y de que esa casa se ha convertido en una trampa para ratones creada por un asesino que se hace llamar "El Coleccionista".
La trama no toma la suficiente distancia como para poder separarla de una típica película de porno-tortura. Aquí hay tripas, hay cuchillazos, hay guillotinas, hay ácidos, se cortan lenguas, y muchas otras demostraciones de violencia que, si bien están bien logradas visualmente, aportan poco al relato y a la originalidad de la historia. La introducción de los personajes, todo lo que rodea al protagonista, sus miedos, amores y ambiciones, están desarrollada de manera inconclusa. La relación con la familia, con esa persona a la que le debe dinero y esa charla poco interesante que poseen en el auto, pudieron haber estado un poco más claras para que de esta manera se pueda entender al personaje en cada una de las decisiones que va tomando a lo largo de la película (volver a la casa cuando ya había escapado, por ejemplo).
Una vez que entra en la mansión, minutos con un suspenso muy bien logrado que rápidamente es esfumado por las situaciones próximas, la historia comienza a entrar en lagunas muy profundas, en desarrollar agujeros argumentales muy grandes e incoherencias que nunca son explicadas ni se intenta hacerlo. A su vez, se pone en juego continuamente el realismo de lo que se ve en escena, de un momento para el otro el hogar pasa de ser una posada recién arreglada a una cámara de tortura en la que cada milímetro está mecanizado y pensado para matar de la manera más sangrienta posible, no solo quitándole suspenso a la historia, sino robándole credibilidad al asesino. De aquí hasta que el film finaliza se puede apreciar una seguidilla de escenas de muerte muy poco creíbles y carentes de originalidad, de gritos infundados, de dolores que no se sienten y una pobreza narrativa sorpresiva.
La figura asesina a su vez falla. Él, vestido totalmente de negro con una máscara, parecida a un trozo de cuero oscuro, muy similar a la del villano de "Cry-Wolf", nunca deja claras sus intenciones. Su afán de coleccionista nunca se explica, no se sabe qué o quién es, todo se deja a la libre interpretación del espectador, le encanta ver morir a sus presas, pero al mismo tiempo disfruta verlas teniendo sexo, por momentos parece que está en todos lados y tiene controlada toda la situación, pero por otros es lento, tonto, previsible y se deja manejar por los estereotipos del género (vamos a hacer un ruido para que se distraiga). La identidad del asesino nunca se deja clara, se desaprovecharon totalmente los momentos en los que él lleva arrastrando esa misteriosa caja colorada por los pasillos. Si se hubiese explotado un poco más la fantasía que lo rodea hubiese estado mucho mejor logrado el personaje.
Las actuaciones son regulares, ninguno de sus intérpretes logra sacarle jugo a su rol. Juan Fernández no hace del villano un asesino memorable, no le aporta movilidad ni nada que lo destaque y deje pensando luego de finalizada la función. Josh Stewart, correcto por momentos, poco expresivo por otros, se destaca en los primeros minutos, pero falla en tratar de mostrar lo que sus diálogos no dicen, no expresa temor ni esa adrenalina por sobrevivir.
La edición es molesta por momentos, los continuos cambios de cámara no permiten ver lo que se tiene que ver, dejando muchas escenas poco claras y ridiculizando muchas otras. La utilización continua de flashbacks para hacerle recordar algo al espectador que hace 5 minutos acaba de ver es totalmente innecesaria y malinterpreta el intelecto del público. Los cambios excesivos de colores no aportan suspenso ni dramatismo (escena en ambulancia: colores anaranjados; segundos después al aire libre: colores verdes muy fuertes). La música es correcta.
"The Collector" es poco original, algo ridícula en su planteo, carente de una historia atrapante y diferente, con actuaciones regulares y un trabajo de montaje que juega con la identidad de la cinta. Un film sin sorpresas, con un correcto comienzo, pero con un desarrollo poco lúcido y con demasiadas preguntas sin responder. Un debut cinematográfico poco fresco y destacable.
UNA ESCENA A DESTACAR: asesino llevando su caja por los pasillos
Arkin necesita dinero para poder salir de una deuda que tiene con gente peligrosa. Para conseguirlo decide ir a robar al hogar en donde está trabajando como albañil, ya que los dueños se fueron de viaje. Cuando ingresa se da cuenta de que no está solo y de que esa casa se ha convertido en una trampa para ratones creada por un asesino que se hace llamar "El Coleccionista".
La trama no toma la suficiente distancia como para poder separarla de una típica película de porno-tortura. Aquí hay tripas, hay cuchillazos, hay guillotinas, hay ácidos, se cortan lenguas, y muchas otras demostraciones de violencia que, si bien están bien logradas visualmente, aportan poco al relato y a la originalidad de la historia. La introducción de los personajes, todo lo que rodea al protagonista, sus miedos, amores y ambiciones, están desarrollada de manera inconclusa. La relación con la familia, con esa persona a la que le debe dinero y esa charla poco interesante que poseen en el auto, pudieron haber estado un poco más claras para que de esta manera se pueda entender al personaje en cada una de las decisiones que va tomando a lo largo de la película (volver a la casa cuando ya había escapado, por ejemplo).
Una vez que entra en la mansión, minutos con un suspenso muy bien logrado que rápidamente es esfumado por las situaciones próximas, la historia comienza a entrar en lagunas muy profundas, en desarrollar agujeros argumentales muy grandes e incoherencias que nunca son explicadas ni se intenta hacerlo. A su vez, se pone en juego continuamente el realismo de lo que se ve en escena, de un momento para el otro el hogar pasa de ser una posada recién arreglada a una cámara de tortura en la que cada milímetro está mecanizado y pensado para matar de la manera más sangrienta posible, no solo quitándole suspenso a la historia, sino robándole credibilidad al asesino. De aquí hasta que el film finaliza se puede apreciar una seguidilla de escenas de muerte muy poco creíbles y carentes de originalidad, de gritos infundados, de dolores que no se sienten y una pobreza narrativa sorpresiva.
La figura asesina a su vez falla. Él, vestido totalmente de negro con una máscara, parecida a un trozo de cuero oscuro, muy similar a la del villano de "Cry-Wolf", nunca deja claras sus intenciones. Su afán de coleccionista nunca se explica, no se sabe qué o quién es, todo se deja a la libre interpretación del espectador, le encanta ver morir a sus presas, pero al mismo tiempo disfruta verlas teniendo sexo, por momentos parece que está en todos lados y tiene controlada toda la situación, pero por otros es lento, tonto, previsible y se deja manejar por los estereotipos del género (vamos a hacer un ruido para que se distraiga). La identidad del asesino nunca se deja clara, se desaprovecharon totalmente los momentos en los que él lleva arrastrando esa misteriosa caja colorada por los pasillos. Si se hubiese explotado un poco más la fantasía que lo rodea hubiese estado mucho mejor logrado el personaje.
Las actuaciones son regulares, ninguno de sus intérpretes logra sacarle jugo a su rol. Juan Fernández no hace del villano un asesino memorable, no le aporta movilidad ni nada que lo destaque y deje pensando luego de finalizada la función. Josh Stewart, correcto por momentos, poco expresivo por otros, se destaca en los primeros minutos, pero falla en tratar de mostrar lo que sus diálogos no dicen, no expresa temor ni esa adrenalina por sobrevivir.
La edición es molesta por momentos, los continuos cambios de cámara no permiten ver lo que se tiene que ver, dejando muchas escenas poco claras y ridiculizando muchas otras. La utilización continua de flashbacks para hacerle recordar algo al espectador que hace 5 minutos acaba de ver es totalmente innecesaria y malinterpreta el intelecto del público. Los cambios excesivos de colores no aportan suspenso ni dramatismo (escena en ambulancia: colores anaranjados; segundos después al aire libre: colores verdes muy fuertes). La música es correcta.
"The Collector" es poco original, algo ridícula en su planteo, carente de una historia atrapante y diferente, con actuaciones regulares y un trabajo de montaje que juega con la identidad de la cinta. Un film sin sorpresas, con un correcto comienzo, pero con un desarrollo poco lúcido y con demasiadas preguntas sin responder. Un debut cinematográfico poco fresco y destacable.
UNA ESCENA A DESTACAR: asesino llevando su caja por los pasillos
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