TITULO ORIGINAL: The Birds (Los Pájaros)
ORIGEN: Estados Unidos (1963)
INTERPRETES: Tippi Hedren, Rod Taylor, Jessica Tandy, Suzanne Pleshette, Veronica Cartwright
DIRECTOR: Alfred Hitchcock
FOTOGRAFIA: Robert Burks
GUION: Evan Hunter
MUSICA: Oskar Sala, Remi Gassmann, Bernard Herrmann
GENERO: Terror.
DURACION: 119 Minutos
CALIFICACION: Apta mayores de 16 años
DISTRIBUIDORA: Universal Pictures
ORIGEN: Estados Unidos (1963)
INTERPRETES: Tippi Hedren, Rod Taylor, Jessica Tandy, Suzanne Pleshette, Veronica Cartwright
DIRECTOR: Alfred Hitchcock
FOTOGRAFIA: Robert Burks
GUION: Evan Hunter
MUSICA: Oskar Sala, Remi Gassmann, Bernard Herrmann
GENERO: Terror.
DURACION: 119 Minutos
CALIFICACION: Apta mayores de 16 años
DISTRIBUIDORA: Universal Pictures
CRITICA:
LOS MATICES DE UNA HISTORIA TERRORIFICA
Por Martín Morales
Alfred Hitchcock pinta con sus manos una historia, la envuelve de una tranquilidad extrema y luego la pone a prueba invocando algún hecho extraño que juegue con su mundo. Esa es la mejor definición de "The Birds", una película asombrosamente mórbida, pero que se convierte en una experiencia escalofriante en el momento indicado.
Melanie es una mujer que queda perdidamente enamorada de un misterioso hombre una tarde mientras estaba comprando un ave en una pajarería. Ella trata de conseguir su domicilio y buscarlo para declararsele. Es así, como llega a un pueblo del norte de California y trata de seducirlo al llevarle un regalo inesperado. De repente, las aves se revelan y todos los habitantes van a convertirse en las presas de los hambrientos pájaros.
Las características que más se destacan de este relato son la calidez con la que se invocan los diálogos y la tranquilidad con la que se decidió contar cada uno de los hechos. Hitchcock creó un mundo, ubicado en un lugar real dentro del mapa de los Estados Unidos; le dio una protagonista, una mujer de la que poco se sabe, que se introduce rápidamente y que mientras los minutos van pasando se le van regalando al espectador pequeños detalles de su vida, los necesarios para entenderla; le dio un amor, un hombre misterioso desde un principio, pero familiar y decidido a formar parte de la vida de Melanie; le dio una paz escénica y argumental sorprendente y lo infestó de una serie de villanos impensables, que funcionan como los perfectos antagonistas para esta historia. Es maravilloso ver el desarrollo de ese amor, de cada una de las situaciones que van compartiendo los dos personajes, de cómo ella se enamora y logra sorprenderlo y seducirlo, de esa inocencia que rodea cada segundo la atmósfera creada y de esa extraña aparición de las aves asesinas.
Es por eso que la película, si se la ve teniendo en cuenta la fuerza de los primeros minutos, es una sencilla pero apasionante historia de amor, de encuentros y desencuentros, donde la mala es la madre del hombre, una mujer nihilista, celosa de su hijo y, aunque nunca le pone mucha resistencia al sentimiento de Mitch, su personalidad está muy bien lograda. Este cuento romántico tiene el típico flechazo amoroso, la pelea entre sus miembros, la persona que los quiere separar y el deseo de cada una de sus partes por estar juntos, pero inesperadamente y aquí el mayor acierto de Hitchcock al contar esta historia, aparece un nuevo villano que pone en juego todo lo creado anteriormente, creando una vertiginosidad paralela a este desarrollo muy bien lograda.
El que la primera mitad sea un relato plenamente dramático en el que no aparece un solo indicio de terror ayuda y beneficia a que cuando las aves aparecen el golpe emocional y la posible ruptura de ese lazo creado entre los protagonistas se intensifique muchísimo. El resultado es maravilloso.
Los pájaros atacan sin justificación alguna, nunca se intenta explicar su motivación, solamente picotean en grupo y matan sin piedad. El director los invoca con sus características estrategias de montaje para crear esa sensación de caos y destrucción tan bien llevada en los momentos cúlmines, produce miedo con sus típicos sonidos y aleteos y, cuando necesitan aparecer en primer plano, los muestra en su totalidad sin temor de entrar en el ridículo, aportándoles mucho realismo y terror, algo impensado para una gaviota.
Los efectos especiales abundan, no solo en cada una de las escenas en las que se pueden ver volando los animales por la pantalla, en planos generales o en primeros planos, sino que también en muchos momentos en los que el fondo necesita movimiento, tales como los viajes en auto o en bote y las profundidades de los fondos. Todo ayuda a crear esa plácida e inocente sensación de paz al principio y ese caos y destrucción al final.
Por el lado actoral, Tippi Hedren le aporta mucha serenidad y belleza al relato, se destaca en la primera mitad y en las reacciones que va teniendo frente a la aparición de los villanos; Rod Taylor le aporta cabellerosidad; Veronica Cartwright mucha dulzura; Jessica Tandy una sensación de amor-odio muy buena y Suzanne Pleshette liberación a su personaje.
"The Birds" es una cinta que se caracteriza por desarrollar al comienzo una historia que poco tiene que ver con el género de terror, es más un excelente drama que es cortado de manera inesperada y abrupta por un agente externo al conflicto argumental muy bien logrado. Muy bien dirigida, con buenos efectos especiales y muy sólidamente escrita, una película para recordar y volver a ver. Uno de esos clásicos que pese al año en el que se lo mire su efecto e intencionalidad continúan intactas. Una de las mejores obras del maestro Alfred Hitchcock.
UNA ESCENA A DESTACAR: dentro de la cabina telefónica, escena icono de la película
Melanie es una mujer que queda perdidamente enamorada de un misterioso hombre una tarde mientras estaba comprando un ave en una pajarería. Ella trata de conseguir su domicilio y buscarlo para declararsele. Es así, como llega a un pueblo del norte de California y trata de seducirlo al llevarle un regalo inesperado. De repente, las aves se revelan y todos los habitantes van a convertirse en las presas de los hambrientos pájaros.
Las características que más se destacan de este relato son la calidez con la que se invocan los diálogos y la tranquilidad con la que se decidió contar cada uno de los hechos. Hitchcock creó un mundo, ubicado en un lugar real dentro del mapa de los Estados Unidos; le dio una protagonista, una mujer de la que poco se sabe, que se introduce rápidamente y que mientras los minutos van pasando se le van regalando al espectador pequeños detalles de su vida, los necesarios para entenderla; le dio un amor, un hombre misterioso desde un principio, pero familiar y decidido a formar parte de la vida de Melanie; le dio una paz escénica y argumental sorprendente y lo infestó de una serie de villanos impensables, que funcionan como los perfectos antagonistas para esta historia. Es maravilloso ver el desarrollo de ese amor, de cada una de las situaciones que van compartiendo los dos personajes, de cómo ella se enamora y logra sorprenderlo y seducirlo, de esa inocencia que rodea cada segundo la atmósfera creada y de esa extraña aparición de las aves asesinas.
Es por eso que la película, si se la ve teniendo en cuenta la fuerza de los primeros minutos, es una sencilla pero apasionante historia de amor, de encuentros y desencuentros, donde la mala es la madre del hombre, una mujer nihilista, celosa de su hijo y, aunque nunca le pone mucha resistencia al sentimiento de Mitch, su personalidad está muy bien lograda. Este cuento romántico tiene el típico flechazo amoroso, la pelea entre sus miembros, la persona que los quiere separar y el deseo de cada una de sus partes por estar juntos, pero inesperadamente y aquí el mayor acierto de Hitchcock al contar esta historia, aparece un nuevo villano que pone en juego todo lo creado anteriormente, creando una vertiginosidad paralela a este desarrollo muy bien lograda.
El que la primera mitad sea un relato plenamente dramático en el que no aparece un solo indicio de terror ayuda y beneficia a que cuando las aves aparecen el golpe emocional y la posible ruptura de ese lazo creado entre los protagonistas se intensifique muchísimo. El resultado es maravilloso.
Los pájaros atacan sin justificación alguna, nunca se intenta explicar su motivación, solamente picotean en grupo y matan sin piedad. El director los invoca con sus características estrategias de montaje para crear esa sensación de caos y destrucción tan bien llevada en los momentos cúlmines, produce miedo con sus típicos sonidos y aleteos y, cuando necesitan aparecer en primer plano, los muestra en su totalidad sin temor de entrar en el ridículo, aportándoles mucho realismo y terror, algo impensado para una gaviota.
Los efectos especiales abundan, no solo en cada una de las escenas en las que se pueden ver volando los animales por la pantalla, en planos generales o en primeros planos, sino que también en muchos momentos en los que el fondo necesita movimiento, tales como los viajes en auto o en bote y las profundidades de los fondos. Todo ayuda a crear esa plácida e inocente sensación de paz al principio y ese caos y destrucción al final.
Por el lado actoral, Tippi Hedren le aporta mucha serenidad y belleza al relato, se destaca en la primera mitad y en las reacciones que va teniendo frente a la aparición de los villanos; Rod Taylor le aporta cabellerosidad; Veronica Cartwright mucha dulzura; Jessica Tandy una sensación de amor-odio muy buena y Suzanne Pleshette liberación a su personaje.
"The Birds" es una cinta que se caracteriza por desarrollar al comienzo una historia que poco tiene que ver con el género de terror, es más un excelente drama que es cortado de manera inesperada y abrupta por un agente externo al conflicto argumental muy bien logrado. Muy bien dirigida, con buenos efectos especiales y muy sólidamente escrita, una película para recordar y volver a ver. Uno de esos clásicos que pese al año en el que se lo mire su efecto e intencionalidad continúan intactas. Una de las mejores obras del maestro Alfred Hitchcock.
UNA ESCENA A DESTACAR: dentro de la cabina telefónica, escena icono de la película