TITULO ORIGINAL: El hombre de al ladoORIGEN: Argentina.
INTERPRETES: Rafael Spregelburd, Daniel Aráoz, Eugenia Alonso.
DIRECTOR: Mariano Cohn , Gastón Duprat.
FOTOGRAFIA: Mariano Cohn , Gastón Duprat.
GUION: Gastón Duprat.
MUSICA: Sergio Pángaro.
GENERO: Drama.
DURACION: 103 Minutos
CALIFICACION: Apta mayores de 13 años
DISTRIBUIDORA: Primer plano
ESTRENO EN BUENOS AIRES: 02 de Septiembre de 2010
MI OPINION:
7 BUENA
CRITICA:
ARGENTINA, PAIS DIVIDIDO
Por Martín Morales
Por Martín Morales
El último film de Mariano Cohn y Gastón Duprat es una simple pero profunda representación de la división de clases en el país, invocando un humor que pasa desapercibido en muchas oportunidades, un drama vecinal muy bien logrado y una excelencia técnica sorprendente.
Leonardo es un prestigioso diseñador que vive su vida tranquilo, con los problemas cotidianos del trabajo, con una mujer autoritaria y una hija que poca atención le presta. Su situación comienza a cambiar cuando una mañana se despierta por un molesto sonido proveniente del departamento del vecino. El dilema por una ventana mal puesta y por la notable diferencia de personalidades va a aparecer en la vida de este individuo.
La historia es simple y no se destaca por ser elaborada ni tener un desarrollo narrativo complicado ni mucho menos ágil y veloz, se toma el tiempo para contar su historia, desarrollar las personalidades de los personajes y relatar la sencilla anécdota que envuelve a los vecinos, y es allí donde triunfa. El que la narración aquí sea lineal ayuda a que el espectador pueda involucrarse con las personas en pantalla, a tomar partido por alguno de ellos, a quererlos u odiarlos, pero principalmente se da el permiso de marcar y distinguir las claras diferencias que hoy envuelven las distintas clases sociales en Argentina.
Este es un relato que tiene humor, quizá si algunas escenas hubiesen acentuado un poco más su propósito hubieran sido mucho más efectistas y divertidas, pero es destacable el trabajo por poner una chispa, un guiño, una expresión o tan solo un movimiento que aporte gracia y cree diferentes matices dentro de la historia; aquí se destaca la comida con los amigos de Leonardo, escena muy bien lograda.
Las actuaciones son muy buenas y cada una de ellas crean el aura perfecta para sus personajes. Rafael Spregelburd (Leonardo), en un rol que si bien nunca acepta su miedo, lo demuestra con expresiones y muy bien logrados diálogos indirectos, interpretados muy bien por el actor. Daniel Aráoz, en un papel que parece que poco esfuerzo le produjo desarrollar, está muy bien, especialmente porque se juega con su áspera voz y sus elocuentes pasos de comedia que lo caracterizan. Eugenia Alonso está muy correcta, le aporta la seriedad y la autoridad necesaria a su personaje.
Aquí reinan las escenas largas, pausadas, con diálogos extensos, poco explicativos y las tomas quietas, que aportan dramatismo y muestran un excelente uso de las herramientas cinematograficas, ya sean la dirección, el manejo de las cámaras, la fotografía y el sonido, pero hay ciertos momentos en los que dichos alargues parecen innecesarios y benefician poco al desarrollo de sus intenciones, ejemplo claro los bailes de la hija (que con tan solo unos pocos segundos hubiese bastado) o el jugueteo con los dedos a mitad del relato.
El final es el punto principal de debate de esta película, no porque el mismo aparece repentinamente, sino porque es allí donde se explican, indirectamente, las intenciones de la misma, representadas en las actitudes de los dos personajes principales. Sin duda alguna, esta es una cinta para debatir y reflexionar. No es una representación que se puede generalizar, pero es un relato que mucho dice sobre la sociedad argentina, sobre sus miedos, inseguridades y ambiciones.
"El Hombre de al Lado" es un film que está muy bien realizado, con una fotografía exquisita en muchas oportunidades (hija mirando a su padre y los redondos espejos detrás de ella formando la figura de Leonardo), con muy buenas actuaciones y con una temática inusual en las producciones nacionales para hablar luego de su conclusión. Una buena película, mucho más profunda de lo que aparenta.
UNA ESCENA A DESTACAR: comida con amigos, final
Leonardo es un prestigioso diseñador que vive su vida tranquilo, con los problemas cotidianos del trabajo, con una mujer autoritaria y una hija que poca atención le presta. Su situación comienza a cambiar cuando una mañana se despierta por un molesto sonido proveniente del departamento del vecino. El dilema por una ventana mal puesta y por la notable diferencia de personalidades va a aparecer en la vida de este individuo.
La historia es simple y no se destaca por ser elaborada ni tener un desarrollo narrativo complicado ni mucho menos ágil y veloz, se toma el tiempo para contar su historia, desarrollar las personalidades de los personajes y relatar la sencilla anécdota que envuelve a los vecinos, y es allí donde triunfa. El que la narración aquí sea lineal ayuda a que el espectador pueda involucrarse con las personas en pantalla, a tomar partido por alguno de ellos, a quererlos u odiarlos, pero principalmente se da el permiso de marcar y distinguir las claras diferencias que hoy envuelven las distintas clases sociales en Argentina.
Este es un relato que tiene humor, quizá si algunas escenas hubiesen acentuado un poco más su propósito hubieran sido mucho más efectistas y divertidas, pero es destacable el trabajo por poner una chispa, un guiño, una expresión o tan solo un movimiento que aporte gracia y cree diferentes matices dentro de la historia; aquí se destaca la comida con los amigos de Leonardo, escena muy bien lograda.
Las actuaciones son muy buenas y cada una de ellas crean el aura perfecta para sus personajes. Rafael Spregelburd (Leonardo), en un rol que si bien nunca acepta su miedo, lo demuestra con expresiones y muy bien logrados diálogos indirectos, interpretados muy bien por el actor. Daniel Aráoz, en un papel que parece que poco esfuerzo le produjo desarrollar, está muy bien, especialmente porque se juega con su áspera voz y sus elocuentes pasos de comedia que lo caracterizan. Eugenia Alonso está muy correcta, le aporta la seriedad y la autoridad necesaria a su personaje.
Aquí reinan las escenas largas, pausadas, con diálogos extensos, poco explicativos y las tomas quietas, que aportan dramatismo y muestran un excelente uso de las herramientas cinematograficas, ya sean la dirección, el manejo de las cámaras, la fotografía y el sonido, pero hay ciertos momentos en los que dichos alargues parecen innecesarios y benefician poco al desarrollo de sus intenciones, ejemplo claro los bailes de la hija (que con tan solo unos pocos segundos hubiese bastado) o el jugueteo con los dedos a mitad del relato.
El final es el punto principal de debate de esta película, no porque el mismo aparece repentinamente, sino porque es allí donde se explican, indirectamente, las intenciones de la misma, representadas en las actitudes de los dos personajes principales. Sin duda alguna, esta es una cinta para debatir y reflexionar. No es una representación que se puede generalizar, pero es un relato que mucho dice sobre la sociedad argentina, sobre sus miedos, inseguridades y ambiciones.
"El Hombre de al Lado" es un film que está muy bien realizado, con una fotografía exquisita en muchas oportunidades (hija mirando a su padre y los redondos espejos detrás de ella formando la figura de Leonardo), con muy buenas actuaciones y con una temática inusual en las producciones nacionales para hablar luego de su conclusión. Una buena película, mucho más profunda de lo que aparenta.
UNA ESCENA A DESTACAR: comida con amigos, final
TRAILER:
