TITULO ORIGINAL: The descent 2ORIGEN: Reino Unido.
INTERPRETES: Shauna Macdonald, Natalie Jackson Mendoza, Krysten Cummings, Gavan O'Herlihy, Joshua Dallas.
DIRECTOR: Jon Harris.
FOTOGRAFIA: Sam McCurdy.
GUION: James McCarthy.
MUSICA: David Julyan.
GENERO: Terror.
DURACION: 93 Minutos
CALIFICACION: Apta mayores de 16 años
DISTRIBUIDORA: CDI Films
ESTRENO EN BUENOS AIRES: 23 de Septiembre de 2010
MI OPINION:
4 REGULAR
CRITICA:
LA CUEVA PERDIO SU ENCANTO
Por Martín Morales
Por Martín Morales
Si bien la primera parte no fue una obra maestra del terror, la historia estaba lo suficientemente bien armada como para que los sustos funcionen y la claustrofobia que las protagonistas comenzaban a experimentar se sienta muy profundamente, sin dejar de lado el aditamiento de las feroces criaturas que, luego de la segunda mitad, se robaron cada una de las escenas del film. Ahora bien, idear una secuela de una película correcta y muy bien lograda puede sumarle o restarle a la cinta original, puede aportar una mirada distinta de los hechos, puede explorar un poco más las causas de la problemática, o puede destruir toda ilusión generada anteriormente. Lamentablemente esta última cuestión es la que aquí sobresale.
Sarah ha podido salir con vida de la cueva, está aterrorizada y no recuerda qué fue lo que sucedió allí dentro. Para poder encontrar a las demás mujeres, la policía y un grupo de personas deciden bajar hacia la oscuridad para averiguar dónde están las demás personas. Para ello, van a obligar a la única sobreviviente a que los acompañe. Poco a poco comienzan a experimentar la verdadera causa de la desaparición de las amigas de Sarah.
Si hay que entrar en comparación con el film original, esta película desmerece totalmente todo lo que hizo que este se destaque y pueda convertirse en un film distinto y auténtico. Aquí el comienzo es lento, previsible y poco sorpresivo. La llegada a la cueva y todos sus antecedentes aportan poco, casi nada al desarrollo de la historia. Una vez que el grupo de personas comienza a bajar la situación se puede dividir en dos extremos:
Por un lado, la velocidad y la fuerza con la que a partir de aquí la película comienza a avanzar está muy bien lograda, son pocos los momentos en los que los diálogos cobran mucho protagonismo y, especialmente, no se crean lentas ni aburridas escenas de suspenso. Muy correcta la fuerza y la continuidad de los hechos.
A su vez, y aquí los principales inconvenientes de la cinta, la película comienza a entrar en terrenos de ridiculez y previsibilidad muy absurdos. Aquí no se desarrolla la claustrofobia ni se intenta crear terror con las paredes de la cueva. La misma aquí es solo el hábitat de las criaturas, no aporta suspenso por si sola ni mucho menos esa sensación de soledad y encierro que tan bien se destacó en la película del 2005. También, aquí ya se sabe de antemano quienes son las criaturas, por lo menos desde el lado físico y salvaje, por lo que nunca se trató de hacer algo diferente o crear suspenso al tratar de descubrirlas. No están esos asombrosos juegos de cámara que tan bien funcionaron antes, en ningún momento se juega con el fondo, ni mucho menos con la aparición y desaparición misteriosa en la oscuridad de las criaturas (cuando lo hacen están a punto de atacar). Por otro lado, el diseño de los salvajes animales aquí es mucho menos creíble, y por momentos se los toma con gracia y un humor poco destacable. Son más plásticos, son menos ágiles y menos terroríficos, tienen un lugar en donde hacen sus necesidades y para colmo decidieron agregarles pelo largo a algunos.
Las actuaciones poco aportan a que el drama cobre un poco más de profundidad y que las reacciones de los personajes se sientan y no pasen a ser totalmente artificiales e inverosímiles.
Por el lado de los sustos y el suspenso cabe destacar que tiene sus momentos de sobresaltos, aunque son pocos los efectivos, pero que por lo menos hacen de esta película una experiencia que trata de asustar al espectador. Las situaciones de muerte y sangre son muy artificiales pero no por ello menos divertidas, están bien logradas.
No es mejor que su antecesora, no tiene el nivel de suspenso y dramatismo, las actuaciones no son del todo creíbles, los giros carecen de explicaciones, las criaturas son más ridículas, pero asusta y hace pasar un divertido momento en la sala. Una innecesaria y poco imaginativa secuela.
UNA ESCENA A DESTACAR: los pantallazos rápidos de los dientes y rostros de las criaturas (recuerdos de Sarah)
Sarah ha podido salir con vida de la cueva, está aterrorizada y no recuerda qué fue lo que sucedió allí dentro. Para poder encontrar a las demás mujeres, la policía y un grupo de personas deciden bajar hacia la oscuridad para averiguar dónde están las demás personas. Para ello, van a obligar a la única sobreviviente a que los acompañe. Poco a poco comienzan a experimentar la verdadera causa de la desaparición de las amigas de Sarah.
Si hay que entrar en comparación con el film original, esta película desmerece totalmente todo lo que hizo que este se destaque y pueda convertirse en un film distinto y auténtico. Aquí el comienzo es lento, previsible y poco sorpresivo. La llegada a la cueva y todos sus antecedentes aportan poco, casi nada al desarrollo de la historia. Una vez que el grupo de personas comienza a bajar la situación se puede dividir en dos extremos:
Por un lado, la velocidad y la fuerza con la que a partir de aquí la película comienza a avanzar está muy bien lograda, son pocos los momentos en los que los diálogos cobran mucho protagonismo y, especialmente, no se crean lentas ni aburridas escenas de suspenso. Muy correcta la fuerza y la continuidad de los hechos.
A su vez, y aquí los principales inconvenientes de la cinta, la película comienza a entrar en terrenos de ridiculez y previsibilidad muy absurdos. Aquí no se desarrolla la claustrofobia ni se intenta crear terror con las paredes de la cueva. La misma aquí es solo el hábitat de las criaturas, no aporta suspenso por si sola ni mucho menos esa sensación de soledad y encierro que tan bien se destacó en la película del 2005. También, aquí ya se sabe de antemano quienes son las criaturas, por lo menos desde el lado físico y salvaje, por lo que nunca se trató de hacer algo diferente o crear suspenso al tratar de descubrirlas. No están esos asombrosos juegos de cámara que tan bien funcionaron antes, en ningún momento se juega con el fondo, ni mucho menos con la aparición y desaparición misteriosa en la oscuridad de las criaturas (cuando lo hacen están a punto de atacar). Por otro lado, el diseño de los salvajes animales aquí es mucho menos creíble, y por momentos se los toma con gracia y un humor poco destacable. Son más plásticos, son menos ágiles y menos terroríficos, tienen un lugar en donde hacen sus necesidades y para colmo decidieron agregarles pelo largo a algunos.
Las actuaciones poco aportan a que el drama cobre un poco más de profundidad y que las reacciones de los personajes se sientan y no pasen a ser totalmente artificiales e inverosímiles.
Por el lado de los sustos y el suspenso cabe destacar que tiene sus momentos de sobresaltos, aunque son pocos los efectivos, pero que por lo menos hacen de esta película una experiencia que trata de asustar al espectador. Las situaciones de muerte y sangre son muy artificiales pero no por ello menos divertidas, están bien logradas.
No es mejor que su antecesora, no tiene el nivel de suspenso y dramatismo, las actuaciones no son del todo creíbles, los giros carecen de explicaciones, las criaturas son más ridículas, pero asusta y hace pasar un divertido momento en la sala. Una innecesaria y poco imaginativa secuela.
UNA ESCENA A DESTACAR: los pantallazos rápidos de los dientes y rostros de las criaturas (recuerdos de Sarah)
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