ORIGEN: Estados Unidos.
INTERPRETES: Gary Oldman, Anthony Hopkins, Winona Ryder, Sadie Frost, Richard E. Grant, Keanu Reeves
DIRECTOR: Jacques Perrin, Jacques Cluzaud
MÚSICA: Bruno Coulais
GENERO: Documental
DURACION: 84 Minutos
CALIFICACION: Apta para todo público
DISTRIBUIDORA: Disney Nature
MI OPINION:
8 MUY BUENA
CRITICA:
UN MUNDO NUEVO
Por Martín Morales
Por Martín Morales
En los océanos viven millones de especies marinas, de las cuales muchas todavía no se han descubierto y otras que nunca se podrán revelar por la acción del hombre sobre las aguas. Este documental, tal como lo fue "La Tierra" en el 2009, es una experiencia cinematográfica sorprendente, con emoción, belleza y un mensaje muy fuerte.
El film comienza con un paneo general sobre una costa y un niño jugando que se acerca, muy curioso, y le hace una pregunta a un hombre mayor: ¿Qué es un océano?. A partir de ese momento el espectador comienza a sentir y experimentar visual y sonoramente la vida en el agua.
Sin lugar a duda esta es una historia dirigida a los más pequeños, a los encargados de que en el futuro la vida que se ve en imágenes pueda seguir existiendo. La manera en la que se decidió llevar adelante la narración es diferente, pero excelente, no solo porque se aleja al público de largos monólogos explicativos sobre la biología, sino porque se le da la oportunidad de disfrutar de una hora y media de las bellezas y horrores que suceden bajo el agua.
La fotografía es sorprendente, la cámara se posa como si fuese un animal más nadando con el resto, como si no estuviese y el público acompañando la gran diversidad de criaturas que se muestran. Hay escenas maravillosas que los delfines protagonizan, le dan humor y alegría; hay una batalla épica entre cangrejos; saltos y nados de muchas ballenas; formas de vida pocas veces vistas y unos movilizantes momentos en los que lobos marinos y tortugas recién nacidas luchan y corren por sus vidas.
La música también es de gran importancia, al no poseer prácticamente una narración continua, la película se da el lujo de crear los sentimientos encontrados con la composición musical. Cada uno de los momentos está perfectamente llevado con las tonalidades que se decidieron mostrar, adecuándose a cada fragmento y animal presentado.
Pero, y aquí el mejor logro de esta cinta, es el mensaje que deja al espectador. A partir de un momento específico la historia toma un rumbo diferente al desarrollado, el hombre aparece en escena y desde ese segundo, con una inevitable narración por parte de el profesor que le explica al niño sobre los océanos, aparece y no termina. Con un sonido que por sí solo llama a las lágrimas e imágenes muy fuertes sobre la matanza indiscriminada de animales, se desarrolla un mensaje muy profundo y maravilloso que tal como el nene expresa en su asombrado rostro, el espectador no puede salir indiferente.
A diferencia de muchos otros documentales donde se taladra el pensar del público con lo que no hay que hacer y con lo mejor que pudieran estar las cosas si no se hubiese hecho algo, aquí se dice todo lo contrario. El error ya está hecho y es necesario que la gente mayor le enseñe a su hijo, alumno o nieto, como prevenir que el mismo se profundice. "Ellos van a gritar, pero nadie los va a escuchar", dice el narrador cerca del final.
Para destacar también una maravillosa toma del nado de un tiburón junto al hombre, bellísimamente fotografiada y con una enseñanza escondida mucho más valiosa.
"Océanos" es una película que no posee una explicación explícita sobre lo que se está viendo, ya que su intención va más allá de eso. Es una experiencia cinematográfica sorprendente, con mensajes para reflexionar y con un despliegue visual y sonoro maravilloso. Un documental que no hay que dejar de ver, seas hombre, mujer, anciano, joven o un niño, tal como el nene curioso de la película.
UNA ESCENA A DESTACAR: museo y el nado con el tiburón
El film comienza con un paneo general sobre una costa y un niño jugando que se acerca, muy curioso, y le hace una pregunta a un hombre mayor: ¿Qué es un océano?. A partir de ese momento el espectador comienza a sentir y experimentar visual y sonoramente la vida en el agua.
Sin lugar a duda esta es una historia dirigida a los más pequeños, a los encargados de que en el futuro la vida que se ve en imágenes pueda seguir existiendo. La manera en la que se decidió llevar adelante la narración es diferente, pero excelente, no solo porque se aleja al público de largos monólogos explicativos sobre la biología, sino porque se le da la oportunidad de disfrutar de una hora y media de las bellezas y horrores que suceden bajo el agua.
La fotografía es sorprendente, la cámara se posa como si fuese un animal más nadando con el resto, como si no estuviese y el público acompañando la gran diversidad de criaturas que se muestran. Hay escenas maravillosas que los delfines protagonizan, le dan humor y alegría; hay una batalla épica entre cangrejos; saltos y nados de muchas ballenas; formas de vida pocas veces vistas y unos movilizantes momentos en los que lobos marinos y tortugas recién nacidas luchan y corren por sus vidas.
La música también es de gran importancia, al no poseer prácticamente una narración continua, la película se da el lujo de crear los sentimientos encontrados con la composición musical. Cada uno de los momentos está perfectamente llevado con las tonalidades que se decidieron mostrar, adecuándose a cada fragmento y animal presentado.
Pero, y aquí el mejor logro de esta cinta, es el mensaje que deja al espectador. A partir de un momento específico la historia toma un rumbo diferente al desarrollado, el hombre aparece en escena y desde ese segundo, con una inevitable narración por parte de el profesor que le explica al niño sobre los océanos, aparece y no termina. Con un sonido que por sí solo llama a las lágrimas e imágenes muy fuertes sobre la matanza indiscriminada de animales, se desarrolla un mensaje muy profundo y maravilloso que tal como el nene expresa en su asombrado rostro, el espectador no puede salir indiferente.
A diferencia de muchos otros documentales donde se taladra el pensar del público con lo que no hay que hacer y con lo mejor que pudieran estar las cosas si no se hubiese hecho algo, aquí se dice todo lo contrario. El error ya está hecho y es necesario que la gente mayor le enseñe a su hijo, alumno o nieto, como prevenir que el mismo se profundice. "Ellos van a gritar, pero nadie los va a escuchar", dice el narrador cerca del final.
Para destacar también una maravillosa toma del nado de un tiburón junto al hombre, bellísimamente fotografiada y con una enseñanza escondida mucho más valiosa.
"Océanos" es una película que no posee una explicación explícita sobre lo que se está viendo, ya que su intención va más allá de eso. Es una experiencia cinematográfica sorprendente, con mensajes para reflexionar y con un despliegue visual y sonoro maravilloso. Un documental que no hay que dejar de ver, seas hombre, mujer, anciano, joven o un niño, tal como el nene curioso de la película.
UNA ESCENA A DESTACAR: museo y el nado con el tiburón
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