UN RETORCIDO CUENTO DE TERROR
Por Martín Morales
ESTA CRITICA FORMA PARTE DE LA COBERTURA DEL 29 FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA
Por Martín Morales
ESTA CRITICA FORMA PARTE DE LA COBERTURA DEL 29 FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA
Carlos Vermut, director de "Diamond Flash", creó una experiencia irrepetible en "Magical Girl", un film perverso, brutal, irónico y fascinante. Una película dura e inexplicablemente entretenida.
Un padre tiene una sola misión: conseguir el dinero para comprarle el vestido del personaje favorito de anime a su hija, quien posee una enfermedad terminal. Para ello, se mete en una red de extorsiones y situaciones inexplicables de las que le va a costar mucho salir.
“Magical Girl” posee una estructura coral. Cuenta la historia de tres principales personajes (el padre de la niña; un ex profesor de matemáticas; y Bárbara, una joven que será la mujer a extorsionar para conseguir el dinero). Lo que comienza siendo un relato emotivo e incómodamente divertido sobre la convivencia con la enfermedad de la chica, pronto se convierte en una retorcida y cruel experiencia cinematográfica. Vermut cruza barreras de manera directa y sin vueltas, no se priba de llevar a sus personajes a situaciones extremas que pondrán a prueba la sensibilidad del espectador. Nada es gráfico visualmente, pero posee una contundencia emotiva perturbadora.
Mientras el relato se va desarrollando, conocemos la intimidad de los personajes y creamos una relación bastante particular con cada uno de ellos. Los víctimas se convierten en cazadores, los cazadores en las presas y nosotros en meros testigos de esas crueles transformaciones. Vermut estiliza al extremo cada momento, dándole un tono clásico y muy elegante a la película. La fotografía es hermosa y los planos sorprenden al ocultarnos de las desgracias que van sucediendo.
“Magical Girl” tiene grandes actuaciones (José Sacristán brilla en los momentos finales); un guión duro, tarantinesco y descriptivo; un trasfondo social sobre la situación en España reflexiva; y, por sobre todas las cosas, un final que pondrá los pelos de punta (Vermut se anima a cruzar una barrera ética muy fuerte). Una experiencia completa, satisfactoria y perturbadoramente hermosa.
8/10 MUY BUENA
