PERDIMOS EL CONTROL
Por Martín Morales
Por Martín Morales
Es fascinante tener la oportunidad de analizar y disfrutar una película como "Relatos Salvajes", sencillamente porque casi todos sus aspectos son sobresalientes y posee un guión que invita a la reflexión, a la bizarra carcajada al sentirse identificado con alguno de los personajes y a sumergirse en seis fabulosas historias cortas sobre la traición, la venganza, el amor, la muerte y la falta de paciencia.
Este es uno de los casos en los que es preferible saber muy poco de la trama para lograr sorprenderse en la sala y disfrutar de los relatos que el director nos propone. El film está compuesto por seis historias independientes, que nunca se conectan entre sí, pero que poseen una característica en común: son protagonizadas por personajes que pierden el control.
Desde la impecable presentación de los títulos iniciales, hasta el minuto final de esa estrepitosa boda, la película invita al espectador a ser testigo de las miserias humanas en su máxima expresión. Mucho se puede decir sobre cada cuento, que, como toda cinta de antología, o que posee relatos separados, hay algunos que se destacan por sobre los otros, y ciertos que quedan menores frente a la brutalidad de los más interesantes, pero hay varios puntos que valen la pena destacar:
Primero que nada, todos poseen actuaciones excelentes. Desde los intérpretes secundarios que hacen trabajos tan llamativos como los de los protagonistas, hasta cada uno de los actores principales que transmiten con plena lucidez y creatividad los sentimientos que se apoderan de sus cuerpos, todos expresan una calidad inmejorable. Erica Rivas, Oscar Martínez, Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia, tienen quizás los mejores personajes, y cada uno brilla en su segmento.
Luego, el film está plagado, en el buen sentido de la palabra, de humor negro. Cada relato posee algo para que el espectador se sienta identificado, sea una demostración física de un sentimiento reprimido o una sencilla mueca de complicidad. Szifrón demuestra una vez más que sabe cómo impactar, sorprender y hacer reír al público con sus ironías, sus pensamientos y locos personajes.
Por último, el film posee una fotografía bellísima, llamativos planos, raras puestas de cámara y ángulos, movimientos originales, paisajes que se manchan con fuego y sangre, una magnifica edición (el relato protagonizado por Sbaraglia es una clase magistral de cómo se debe editar una historia), una música por parte de Gustavo Santaolalla que pone los pelos de punta y que acompaña a la perfección cada clima (la venganza de "Bombita" es impresionante), y efectos especiales que, en sus momentos, se acoplan con calidad al ritmo del argumento.
"Relatos Salvajes" es, en simples palabras, un peliculón. Una de esas cintas que es inevitable sentirse identificado con alguno de los personajes, pero también sorprendido, aturdido e impactado por los giros y las reacciones de cada uno de ellos. Original, violenta, rebuscada, irónica y con la calidad que Szifrón siempre nos regala.
Este es uno de los casos en los que es preferible saber muy poco de la trama para lograr sorprenderse en la sala y disfrutar de los relatos que el director nos propone. El film está compuesto por seis historias independientes, que nunca se conectan entre sí, pero que poseen una característica en común: son protagonizadas por personajes que pierden el control.
Desde la impecable presentación de los títulos iniciales, hasta el minuto final de esa estrepitosa boda, la película invita al espectador a ser testigo de las miserias humanas en su máxima expresión. Mucho se puede decir sobre cada cuento, que, como toda cinta de antología, o que posee relatos separados, hay algunos que se destacan por sobre los otros, y ciertos que quedan menores frente a la brutalidad de los más interesantes, pero hay varios puntos que valen la pena destacar:
Primero que nada, todos poseen actuaciones excelentes. Desde los intérpretes secundarios que hacen trabajos tan llamativos como los de los protagonistas, hasta cada uno de los actores principales que transmiten con plena lucidez y creatividad los sentimientos que se apoderan de sus cuerpos, todos expresan una calidad inmejorable. Erica Rivas, Oscar Martínez, Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia, tienen quizás los mejores personajes, y cada uno brilla en su segmento.
Luego, el film está plagado, en el buen sentido de la palabra, de humor negro. Cada relato posee algo para que el espectador se sienta identificado, sea una demostración física de un sentimiento reprimido o una sencilla mueca de complicidad. Szifrón demuestra una vez más que sabe cómo impactar, sorprender y hacer reír al público con sus ironías, sus pensamientos y locos personajes.
Por último, el film posee una fotografía bellísima, llamativos planos, raras puestas de cámara y ángulos, movimientos originales, paisajes que se manchan con fuego y sangre, una magnifica edición (el relato protagonizado por Sbaraglia es una clase magistral de cómo se debe editar una historia), una música por parte de Gustavo Santaolalla que pone los pelos de punta y que acompaña a la perfección cada clima (la venganza de "Bombita" es impresionante), y efectos especiales que, en sus momentos, se acoplan con calidad al ritmo del argumento.
"Relatos Salvajes" es, en simples palabras, un peliculón. Una de esas cintas que es inevitable sentirse identificado con alguno de los personajes, pero también sorprendido, aturdido e impactado por los giros y las reacciones de cada uno de ellos. Original, violenta, rebuscada, irónica y con la calidad que Szifrón siempre nos regala.
9/10 MUY BUENA
