JIGSAW DA ÓRDENES POR TELÉFONO
Como siempre, es inevitable entrar en comparaciones cuando estamos frente a una película que es la remake de una buena propuesta, en este caso "13 Beloved", de Tailandia. Es por eso que vale la pena aclarar y separar cada uno de los puntos, pese a que, como en la mayoría de los casos, uno va a terminar recomendando la cinta original.
Elliot no está pasando por el mejor momento económico. Su mujer está embarazada y tiene algunos inconvenientes familiares que no sabe cómo resolver. Un día recibe una extraña llamada, la que lo introduce a un juego con el que podrá ganar demasiado dinero. El mismo consiste en superar 13 pruebas, las cuales lo van a obligar a hacer terribles actos.
En relación directa con la película tailandesa, esta remake cambia varios aspectos narrativos, centralizados en las pruebas que el protagonista tiene que superar, aunque el sentido es prácticamente el mismo: exponer al personaje al salvajismo de un juego de vida o muerte. Pero, esta nueva mirada carece de una unión pulida y un poco más coherente como en el relato original.
Algo que merece la pena destacar es que el director (Daniel Stamm, "The Last Exorcism") no pierde tiempo en tratar de explicar los orígenes del juego o cómo todo funciona. El espectador no tiene nada de información sobre el mismo, pero tampoco el relato la precisa para impresionar y funcionar.
Como en el film original, el mismo está lleno de giros narrativos, en especial en los últimos 20 minutos. Aquí son un poco menos efectivos e imprevisibles.
El principal inconveniente se presenta en el guión, más precisamente en cómo se desarrolla la locura del protagonista. No se entiende cómo sus problemas psicológicos explotan en cierto punto (secuencia con la anciana). Esto produce una desconexión forzada y automática con lo que se está viendo y con lo que el espectador debería sentir.
"13 Sins" no es una mala película, pero está lejos de ser una necesaria remake del material original. Bien actuada, con un gran comienzo, una buena premisa (aunque el espíritu de "Saw" siempre está presente) y un intrincado final, pero con un desaprovechamiento importante de ideas y de giros narrativos.
Elliot no está pasando por el mejor momento económico. Su mujer está embarazada y tiene algunos inconvenientes familiares que no sabe cómo resolver. Un día recibe una extraña llamada, la que lo introduce a un juego con el que podrá ganar demasiado dinero. El mismo consiste en superar 13 pruebas, las cuales lo van a obligar a hacer terribles actos.
En relación directa con la película tailandesa, esta remake cambia varios aspectos narrativos, centralizados en las pruebas que el protagonista tiene que superar, aunque el sentido es prácticamente el mismo: exponer al personaje al salvajismo de un juego de vida o muerte. Pero, esta nueva mirada carece de una unión pulida y un poco más coherente como en el relato original.
Algo que merece la pena destacar es que el director (Daniel Stamm, "The Last Exorcism") no pierde tiempo en tratar de explicar los orígenes del juego o cómo todo funciona. El espectador no tiene nada de información sobre el mismo, pero tampoco el relato la precisa para impresionar y funcionar.
Como en el film original, el mismo está lleno de giros narrativos, en especial en los últimos 20 minutos. Aquí son un poco menos efectivos e imprevisibles.
El principal inconveniente se presenta en el guión, más precisamente en cómo se desarrolla la locura del protagonista. No se entiende cómo sus problemas psicológicos explotan en cierto punto (secuencia con la anciana). Esto produce una desconexión forzada y automática con lo que se está viendo y con lo que el espectador debería sentir.
"13 Sins" no es una mala película, pero está lejos de ser una necesaria remake del material original. Bien actuada, con un gran comienzo, una buena premisa (aunque el espíritu de "Saw" siempre está presente) y un intrincado final, pero con un desaprovechamiento importante de ideas y de giros narrativos.
5/10 REGULAR
