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CRITICA: UPSTREAM COLOR (2013 - UPSTREAM COLOR)




UNA FLOR, UN HUMANO Y UN CERDO
Shane Carruth es un director que en solo dos películas (hasta el momento) ha demostrado una originalidad muy particular. "Primer" es una cinta rebuscada y desordenada, que reta al espectador. "Upstream Color" mantiene esa misma idea, aunque es un relato totalmente distinto, innovador y fascinante, plagado de emociones y de hermosas tomas.

La historia se centra en la vida de dos personas. Kris es una mujer que un día es drogada, robada y dejada en el olvido. Sin saber qué fue lo que sucedió, se cruza con Jeff, un hombre que parece haber pasado por la misma situación. Juntos comienzan un romance y descubren que fueron parte de una extraño experimento que involucra orugas, cerdos y claveles.

Está de más decir que esta no es una cinta plenamente narrativa, aunque hay un relato que se cuenta. Es un film sobre las emociones, sobre dos personas con presentes destruidos que intentar crear una relación basada en los recuerdos, en fragmentos de sus pasados y presentes. Es un relato de ciencia ficción, con tintes surrealistas y con una carga sentimental muy fuerte en el poder de las imágenes. Aquí se encuentran experimentos con parásitos, un cuidador de cerdos que compone música a partir del sufrimiento de otras personas, robos, y una curiosa mutación floral. Todo parece no tener sentido.

El director recurre a una hermosa fotografía para contar su extraño poema sobre la vida. Hay muchos primeros planos, planos detalle y un juego maravilloso con los sonidos. Es muy lindo ver su trabajo respecto a la manera en la que el parásito se apodera del cuerpo de la protagonista, y a la vez, ella depende de ese cuerpo externo para darle sentido a su vida. Todo posee una tranquilidad abrumadora, y los diálogos parecen descolocados, sin conexión entre sí, totalmente arbitrarios. Una película plenamente sensorial, con un trabajo de dirección soberbio.

Las actuaciones son muy buenas. Amy Seimetz capta a la perfección esa melancolía, locura y sin rumbo que su personaje posee. Nunca se entiende demasiado qué le sucede, pero tampoco es necesario saberlo. Shane Carruth está también muy correcto como el acompañante, la otra víctima de esa sociedad destinada a la ciencia y al amor.

"Upstream Color" es una película extraña, fascinante y hermosa. Una propuesta que no dejará indiferente al espectador, muchos la van a odiar, otros van a saber encontrarle su belleza. Un poema sobre el amor, la locura y el ciclo de la vida (nunca mejor representado que con ese parásito). Un laberinto en el cual es demasiado fácil perderse, pero que vale la pena esforzarse para encontrar la salida.

8/10 MUY BUENA

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