Luego de muchos años sin que Dragon Ball pase por los cines, esta nueva película escrita por Akira Toriyama (el creador de la serie) cambia un poco los hechos sucedidos en DBGT, pero se mantiene fiel a los acontecimientos anteriores. Es una propuesta que, por lógica y por cuestiones de duración, carece de la fuerza que sí tuvo el anime, y que queda como incompleta en su conjunto, pero es una entretenida cinta, que sirve como introducción para un interesante nuevo villano.
El Dios de la Destrucción Bills se despertó luego de una larga siesta y decide ir en busca del "Super Sayayin God", una criatura mítica muy poderosa que puede hacerle frente a su gran poder. Es así, como llega a la Tierra, donde Bulma está festejando su cumpleaños. Goku y Vegeta se enfrentan al extraterrestre, pero son fácilmente derrotados. Para poder salvar al planeta, Kakaroto va a tener que encontrar la manera de superar sus poderes y convertirse en un Dios.
UNA PELICULA QUE PARECE INCOMPLETA
El gran atractivo de esta propuesta, para todos aquellos que sufrieron y se emocionaron con la muerte de Freezer, Cell y Kid Boo, es que su creador, Akira Toriyama, volvió para darle vida a una historia que se ubica años antes del comienzo de Dragon Ball GT, y que cambia algunos puntos respecto a dicha continuación. Está claro el descontento del dibujante con el resultado final de la última etapa del anime, y es bien directa su intensión por darle otro sentido a ciertas situaciones. Se introduce un nuevo nivel de poder, el modo Dios, que se ubica para Goku entre el Super Sayayin 3 y 4. Esto es un punto novedoso, que no está mal presentado, ya que se explica su historia, pero que queda algo colgado en su conclusión.
Aparecen casi todos los personajes del anime, todos reunidos en la fiesta de cumpleaños de Bulma. Pese a que quienes tienen protagonismo son Goku, Vegeta y su esposa, los demás aparecen y hacen de las suyas algunos segundos. Una situación que está muy bien lograda y que vuelve a expresar esa idea de volver a las bases por parte del creador, es la intromisión de Pilaf, uno de los malos de la serie original. No aporta nada nuevo su aparición, pero son momentos divertidos y con esa esencia a homenaje excelente.
Todos los grandes villanos de la serie tuvieron grandes y largas introducciones. Es por eso que esta película funciona como un simple primer vistazo a Bills, el Dios de la Destrucción. Un malo muy interesante, que tiene mucho humor y que juega con su poder y con su amor por la comida. Es un personaje distinto, en algunos aspectos, a los típicos villanos de la saga, y está muy bien logrado desde todos los puntos de vista. Es imposible que su desarrollo esté completo, ya que la duración de la película no lo permite y produce que uno quiera ver algo más de él, pero dentro de todo, es una presentación muy bien lograda que da para una nueva historia.
Por el lado técnico, los dibujos (los personajes) poseen ese lado artesanal que tenía la serie animada original, pero se ven algo raros cuando aparecen los fondos creados por computadora; la música se mantiene intacta; mientras que el inventivo de los roles nuevos es muy interesante.
Aparecen casi todos los personajes del anime, todos reunidos en la fiesta de cumpleaños de Bulma. Pese a que quienes tienen protagonismo son Goku, Vegeta y su esposa, los demás aparecen y hacen de las suyas algunos segundos. Una situación que está muy bien lograda y que vuelve a expresar esa idea de volver a las bases por parte del creador, es la intromisión de Pilaf, uno de los malos de la serie original. No aporta nada nuevo su aparición, pero son momentos divertidos y con esa esencia a homenaje excelente.
Todos los grandes villanos de la serie tuvieron grandes y largas introducciones. Es por eso que esta película funciona como un simple primer vistazo a Bills, el Dios de la Destrucción. Un malo muy interesante, que tiene mucho humor y que juega con su poder y con su amor por la comida. Es un personaje distinto, en algunos aspectos, a los típicos villanos de la saga, y está muy bien logrado desde todos los puntos de vista. Es imposible que su desarrollo esté completo, ya que la duración de la película no lo permite y produce que uno quiera ver algo más de él, pero dentro de todo, es una presentación muy bien lograda que da para una nueva historia.
Por el lado técnico, los dibujos (los personajes) poseen ese lado artesanal que tenía la serie animada original, pero se ven algo raros cuando aparecen los fondos creados por computadora; la música se mantiene intacta; mientras que el inventivo de los roles nuevos es muy interesante.
CONCLUSIÓN
"Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses" es una película que deja la sensación de estar incompleta, por su duración, por el desaprovecho de los personajes, por el final y por el villano. Es una cinta dirigida a la nostalgia, a volver a ver a los personajes de la infancia en pantalla grande, con una historia nueva y con algunos polémicos cambios (el modo Dios de Goku). Entretiene y se las arregla para encajar muy bien en la linea temporal de Dragon Ball y Dragon Ball Z. Se agradece la vuelta de Toriyama, pero este film no hace honor a los inolvidables capítulos originales.
