TITULO ORIGINAL: The Act of Killing (The Act of Killing)
ORIGEN: Dinamarca (2012)
DIRECCIÓN: Joshua Oppenheimer
GUIÓN: Joshua Oppenheimer
GUIÓN: Joshua Oppenheimer
INTERPRETES: Haji Anif, Syamsul Arifin, Sakhyan Asmara, Anwar Congo, Jusuf Kalla, Herman Koto, Haji Marzuki, Safit Pardede, Ibrahim Sinik, Soaduon Siregar, Yapto Soerjosoemarno, Adi Zulkadry
FOTOGRAFÍA: Carlos Arango De Montis, Lars Skree
MÚSICA: Karsten Fundal
GENERO: Documental
FOTOGRAFÍA: Carlos Arango De Montis, Lars Skree
MÚSICA: Karsten Fundal
GENERO: Documental
DURACION: 115 Minutos
PRODUCTORA: Final Cut for Real
CRITICA:
EL ROSTRO DE LA MUERTE
Por Martín Morales
Por Martín Morales
Una experiencia tan cruda y absorbente que produce escalofríos. Eso es lo que "The Act of Killing" es, un documental fuerte, trágico y hasta surrealista sobre la mente perversa de un grupo fascista, que no tiene pudor en contar en primera persona cómo ejercían sus actos de violencia sobre aquellos que no compartían ideas.
En 1965 un golpe de Estado sacudió la sociedad de Indonesia. Miles de comunistas fueron masacrados por el poder. Hoy, aquellos torturadores que siguen con vida fueron convencidos para producir una película, en la que deberán contar cómo vivieron esos días y cómo mantienen ese orgullo por haber matado a una incontable cantidad de inocentes.
UNO DE LOS MEJORES DOCUMENTALES DE LOS ÚLTIMOS AÑOS
En 1965 un golpe de Estado sacudió la sociedad de Indonesia. Miles de comunistas fueron masacrados por el poder. Hoy, aquellos torturadores que siguen con vida fueron convencidos para producir una película, en la que deberán contar cómo vivieron esos días y cómo mantienen ese orgullo por haber matado a una incontable cantidad de inocentes.
UNO DE LOS MEJORES DOCUMENTALES DE LOS ÚLTIMOS AÑOS
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Críticas de otras documentales del 2012:
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Es extraño encontrar un documental tan fuerte y tan bien contado como este. Aquí se narran situaciones de extrema violencia física y psicológica, y el director utiliza el relato de uno de los torturadores para crear una imagen cruda y muy gráfica en el imaginario del espectador (es poca la crudeza visual directa que se presenta). Una película soberbia desde los puntos narrativos, y extremadamente impecable en lo que respecta al desnudo de una mente perversa, asesina y enferma.
El relato sigue los pasos de un equipo de filmación que está tratando de llevar adelante una película basada en los hechos que acabaron con la vida de miles de comunistas. El director hace que el espectador se olvide de que es un intruso en un set de filmación, y lo invita a ser testigo de las representaciones en tiempo real de esos actos, y a escuchar las distintas historias que las personas van contando sobre esos días. En el medio, él utiliza el color, lo bizarro y lo irónico de varias escenas surrealistas para crear un conjunto que expone a la perfección los ideales fascistas de los protagonistas de esa ficticia cinta. Un film que produce muchos tipos de emociones, las cuales van cambiando mientras los segundos van pasando y los discursos se van expresando (algunos de arrepentimiento, otros de orgullo, muchos de reivindicación, y casi todos sobre aceptación).
El relato sigue los pasos de un equipo de filmación que está tratando de llevar adelante una película basada en los hechos que acabaron con la vida de miles de comunistas. El director hace que el espectador se olvide de que es un intruso en un set de filmación, y lo invita a ser testigo de las representaciones en tiempo real de esos actos, y a escuchar las distintas historias que las personas van contando sobre esos días. En el medio, él utiliza el color, lo bizarro y lo irónico de varias escenas surrealistas para crear un conjunto que expone a la perfección los ideales fascistas de los protagonistas de esa ficticia cinta. Un film que produce muchos tipos de emociones, las cuales van cambiando mientras los segundos van pasando y los discursos se van expresando (algunos de arrepentimiento, otros de orgullo, muchos de reivindicación, y casi todos sobre aceptación).
CONCLUSIÓN
"The Act of Killing" es un gran documental que expresa con solidez, decisión y de manera arriesgada una reflexión directa sobre la muerte y los crímenes de lesa humanidad. Una película que posee un manejo impecable de los tiempos, con una muy buena edición y con una astuta dirección por parte de Joshua Oppenheimer. Él ha captado una manera diferente de ver la realidad, jugó con las herramientas cinematográficas y le regaló al público una experiencia aterradora.
