TITULO ORIGINAL: Django Unchained (Django sin Cadenas)
ORIGEN: Estados Unidos (2012)
DIRECCIÓN: Quentin Tarantino
GUIÓN: Quentin Tarantino
GUIÓN: Quentin Tarantino
INTERPRETES: Jamie Foxx, Leonardo DiCaprio, Christoph Waltz, Kerry Washington, Walton Goggins, Samuel L. Jackson, Don Johnson, Bruce Dern, Franco Nero, Jonah Hill, Tom Savini, M.C. Gainey, RZA, James Remar, Todd Allen
FOTOGRAFÍA: Robert Richardson
GENERO: Western
FOTOGRAFÍA: Robert Richardson
GENERO: Western
DURACION: 165 Minutos
PRODUCTORA: A Band Apart, Sony Pictures, The Weinstein Company
CRITICA:
LA EXPLOSIÓN DE UN DIRECTOR
Por Martín Morales
Quentin Tarantino decidió sumergirse en las páginas de los libros de historia para crear un relato súper violento sobre la esclavitud previa a la Guerra Civil, con todos los condimentos del spaghetti western de los años 70, con muy buenas interpretaciones y con un guión que, con un humor a lo Looney Toons, entretiene, sorprende y vuelve a demostrar la habilidad del realizador en la creación de extensas secuencias dramáticas.
En 1858 un dentista alemán interrumpe el viaje de dos hombres que llevaban a sus esclavos hacia un indefinido lugar, para encontrar a una persona que supiese dónde hallar a tres particulares individuos. Por sorpresa, Django, uno de los esclavos, sabía el paradero de los terratenientes y es liberado. Él decide ayudar al impulsivo hombre, pero le pide que le de una mano para encontrar a su esposa, esclava de un millonario aficionado de las luchas.
TARANTINO Y SU MIRADA DEL WESTERN EUROPEO
Luego de "Inglorious Basterds" Quentin Tarantino decidió cambiar de género, aunque su marca siempre está presente, para desarrollar un spaghetti western con una ridiculez argumental, visual y actoral importante, y con una calidad en general que supera lo realizado en el 2009. Hay algo de Sergio Corbucci, otro poco de Lucio Fulci, y mucho de Sergio Leone, pero todo sigue siendo puramente de Tarantino. Un relato divertido, cruel, morboso, muy violento, desmoralizado y fascinante.
Como en todas sus películas, el director se detiene en la creación de escenas extensas, con muchos diálogos y con un despliegue artístico (maquillaje, vestuario, fotografía, diseño artístico) envidiable En esta oportunidad, desarrolla una formidable secuencia dramática o de acción tras la otra, lo que provoca, no solo que los 165 minutos se pasen rápido, sino la oportunidad de disfrutar una historia dura y muy bien contada. Toda la secuencia con las bolsas y, en particular, los más de 30 minutos en la mesa mientras los personajes están comiendo, son dos de los tantos ejemplos que este film posee. Un gran guión, lleno de palabras y con todas las características propias de los mejores trabajos de Tarantino.
A su vez, la música, la violencia y el humor son tres prioridades que en toda cinta del director de "Pulp Fiction" no deben dejar de resaltar. Aquí mezcla, como siempre, estilos musicales totalmente fuera de lugar para la época en la que el relato se desarrolla, y le da color y distinción a todas de las escenas de acción. La violencia está más presente que nunca. La tortura es una de las principales y polémicas características aquí expuestas, y Tarantino la presenta sin ningún tipo de remordimiento ni moralidad (no sería él si lo hiciera). La sangre se desparrama a chorros y las muertes, explosiones y tiros se cuentan por docena. El humor, como en todos sus films y más en los spaghetti westerns europeos, juegan con el ridículo, con el mal gusto y con las distintas personalidades de los roles. Una narración con poco sentido, pero con un humor a los Looney Toons que sacará una sonrisa a cualquier espectador.
El trabajo actoral también es de calidad. Christoph Waltz vuelve a brillar como el malvado por momentos, sentimental por otros e impresionable siempre, acompañante del protagonista. Un trabajo lleno de matices. Jamie Foxx está muy bien en su papel, en especial al dotar a Django de seguridad y de la profundidad cuando a su pasado respecta. Leonardo DiCaprio está excelente como el violento, inmoral y sádico terrateniente. Una actuación soberbia, entretenida y muy expresiva. Samuel L.Jackson se destaca como el sirviente que se ríe de todo lo que su amo dice, gran caraterización física. Quentin Tarantino tiene su respectivo cameo, bien pensado y divertido.
CONCLUSIÓN
"Django Unchained" es todo lo que se podía esperar de un western con la firma de Tarantino. Un film ultra violento, con mucho humor, grandes interpretaciones y un guión que se detiene en los detalles y que desarrolla enormes secuencias dramáticas. Otra gran película del director de "Inglorious Basterds", que ningún fanático de su filmografía, o quien haya visto alguno de los tantos spaghetti westerns europeos de los 70, no debe perderse.
En 1858 un dentista alemán interrumpe el viaje de dos hombres que llevaban a sus esclavos hacia un indefinido lugar, para encontrar a una persona que supiese dónde hallar a tres particulares individuos. Por sorpresa, Django, uno de los esclavos, sabía el paradero de los terratenientes y es liberado. Él decide ayudar al impulsivo hombre, pero le pide que le de una mano para encontrar a su esposa, esclava de un millonario aficionado de las luchas.
TARANTINO Y SU MIRADA DEL WESTERN EUROPEO
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Críticas de películas nominadas las Oscar 2013:
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Luego de "Inglorious Basterds" Quentin Tarantino decidió cambiar de género, aunque su marca siempre está presente, para desarrollar un spaghetti western con una ridiculez argumental, visual y actoral importante, y con una calidad en general que supera lo realizado en el 2009. Hay algo de Sergio Corbucci, otro poco de Lucio Fulci, y mucho de Sergio Leone, pero todo sigue siendo puramente de Tarantino. Un relato divertido, cruel, morboso, muy violento, desmoralizado y fascinante.
Como en todas sus películas, el director se detiene en la creación de escenas extensas, con muchos diálogos y con un despliegue artístico (maquillaje, vestuario, fotografía, diseño artístico) envidiable En esta oportunidad, desarrolla una formidable secuencia dramática o de acción tras la otra, lo que provoca, no solo que los 165 minutos se pasen rápido, sino la oportunidad de disfrutar una historia dura y muy bien contada. Toda la secuencia con las bolsas y, en particular, los más de 30 minutos en la mesa mientras los personajes están comiendo, son dos de los tantos ejemplos que este film posee. Un gran guión, lleno de palabras y con todas las características propias de los mejores trabajos de Tarantino.
A su vez, la música, la violencia y el humor son tres prioridades que en toda cinta del director de "Pulp Fiction" no deben dejar de resaltar. Aquí mezcla, como siempre, estilos musicales totalmente fuera de lugar para la época en la que el relato se desarrolla, y le da color y distinción a todas de las escenas de acción. La violencia está más presente que nunca. La tortura es una de las principales y polémicas características aquí expuestas, y Tarantino la presenta sin ningún tipo de remordimiento ni moralidad (no sería él si lo hiciera). La sangre se desparrama a chorros y las muertes, explosiones y tiros se cuentan por docena. El humor, como en todos sus films y más en los spaghetti westerns europeos, juegan con el ridículo, con el mal gusto y con las distintas personalidades de los roles. Una narración con poco sentido, pero con un humor a los Looney Toons que sacará una sonrisa a cualquier espectador.
El trabajo actoral también es de calidad. Christoph Waltz vuelve a brillar como el malvado por momentos, sentimental por otros e impresionable siempre, acompañante del protagonista. Un trabajo lleno de matices. Jamie Foxx está muy bien en su papel, en especial al dotar a Django de seguridad y de la profundidad cuando a su pasado respecta. Leonardo DiCaprio está excelente como el violento, inmoral y sádico terrateniente. Una actuación soberbia, entretenida y muy expresiva. Samuel L.Jackson se destaca como el sirviente que se ríe de todo lo que su amo dice, gran caraterización física. Quentin Tarantino tiene su respectivo cameo, bien pensado y divertido.
CONCLUSIÓN
"Django Unchained" es todo lo que se podía esperar de un western con la firma de Tarantino. Un film ultra violento, con mucho humor, grandes interpretaciones y un guión que se detiene en los detalles y que desarrolla enormes secuencias dramáticas. Otra gran película del director de "Inglorious Basterds", que ningún fanático de su filmografía, o quien haya visto alguno de los tantos spaghetti westerns europeos de los 70, no debe perderse.
