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DARK SHADOWS




TITULO ORIGINAL: Dark Shadows (Sombras Tenebrosas)
ORIGEN: Estados Unidos (2012)
DIRECCIÓN: Tim Burton
INTERPRETES: Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Helena Bonham Carter, Eva Green, Jackie Earle Haley, Jonny Lee Miller, Chloë Grace Moretz, Bella Heathcote
FOTOGRAFÍA: Bruno Delbonnel
MÚSICA: Danny Elfman
GUION: Seth Grahame-Smith
GENERO: Comedia, Terror
DURACION: 113 Minutos
PRODUCTORA: Village Roadshow Pictures, Infinitum Nihil, GK Films, The Zanuck Company
























CRITICA:
¿UN VAMPIRO PERDIDO EN EL TIEMPO?
Por Martín Morales

Tim Burton, Johnny Depp y Michelle Pfeiffer (director e intérpretes de esta película) admitieron ser fanáticos de "Dark Shadows", la serie de fantasía de la década de los 70, la cual es la base de esta propuesta. Con el estilo visual que caracteriza al realizador, con actuaciones increíbles por parte de cada integrante del elenco, y con un guión que rinde homenaje a la serie, y que al mismo tiempo introduce una nueva y divertida mirada sobre la historia, este film se convierte en una interesante, escenográficamente hermosa, pero con notables desniveles argumentales, comedia de terror.

Hace más de doscientos años, Barnabas Collins fue transformado en vampiro y sepultado vivo, a causa de una celosa bruja que no soportó ver cómo el hombre que ella amaba no se sentía atraído por su figura. Llegó el año 1972, la familia se encuentra en bancarrota y sus integrantes (dos niños, la madre, el tío, una excéntrica doctora y el guardabosques) están desanimados siguiendo una rutina y viendo como de a poco su presente va empeorando. Muy cerca de la mansión, un grupo de albañiles desentierran el ataúd donde Barnabas se encontraba, despertándolo de su largo sueño. El vampiro está sediento de sangre, pero a la vez sorprendido por la extraña realidad que lo rodea.

La cinta se presenta con un prólogo que introduce de manera directa y con una oscuridad muy buena el conflicto y la famosa maldición de Barnabas Collins, para luego ir directamente a los títulos iniciales, a un salto temporal abismal (200 años) y a la introducción del personaje de Bella Heathcote (Victoria), el cual se dirige a la mansión en busca de un empleo. Con la aparición de los integrantes de la familia y un poco del desarrollo de sus personalidades, el nudo de la historia con velocidad dice presente y, a partir de ese momento (cuando el vampiro sale de su ataúd), todo empieza a dispararse para varios lados.

El estilo visual y narrativo que aquí Burton desarrolla es una mezcla entre la oscuridad y la seriedad de "Sleepy Hollow" y "Sweeney Todd", donde las cuidadosas y detallistas escenografías funcionan como un personaje más para la historia, con el humor y el delirio visual de "Beetlejuice". El tono que se decidió encontrar es muy especial, porque por momentos simula una parodia de la historia original, y por otros parece una narración sacada de los orígenes del cine de terror, por supuesto en lo que fue "Dracula" y "Nosferatu", dos películas que poseen numerosas referencias aquí (aparece Christopher Lee, quien interpretó al famoso Conde en 1958, y se hace un juego muy bueno de sombras que remiten al clásico alemán de la década del 20). Pese a los numerosos cambios, esta es una cinta que respeta la serie televisiva, que le rinde homenaje y que, para aquellos que hayan visto por lo menos un capítulo, posee detalles escondidos.

Hay escenas de terror, en las que se puede ver al vampiro protagonista matando gente sin piedad y chorreado de sangre; momentos cómicos, exagerados, pero siempre dentro de los límites de la propia fantasía que la historia propone (los últimos 20 minutos en la mansión son excelentes, una demostración de imaginación muy divertida); situaciones que poseen un delirio y un estilo visual saturado y muy colorido (cada momento en el que Barnabas se enfrenta a la época en la que se encuentra); y una banda sonora que, compuesta por Danny Elfman, acompaña de manera asombrosa lo que va sucediendo (la tonada original de la serie está presente).

Las actuaciones son muy buenas. Johnny Depp vuelve a hacer de las suyas, en esta oportunidad encarnando a un vampiro que sigue las bases originales del mítico personaje, o sea, está sediento de sangre continuamente y se quema cuando la luz del sol lo toca. Una gran actuación, llena de virtuosismo, de expresión y de humor (un dato: sus largos dedos, característica agregada por Burton, remiten al film alemán antes mencionado). Eva Green, la villana, conforma un rol exagerado, que comienza siendo estructurada y hermosa, y que con el paso de los minutos se va quebrando (literalmente), para concluir con una secuencia final maravillosa. Michelle Pfeiffer está muy correcta, en especial en la primera parte del relato, cuando su rol posee un poco más de atención. Helena Bonham Carter, teniendo un papel secundario, se luce, sacándole personalidad a su excéntrico rol.  Jackie Earle Haley posee algunos buenos momentos, mientras que Bella Heathcote (muy destacable su labor), Jonny Lee Miller, Chloë Grace Moretz y Gulliver McGrath están muy correctos.

El inconveniente principal de esta propuesta es que Burton posee aquí un gran arsenal de personajes y de diferentes identidades fantasiosas, muchas de las cuales quedan en el aire, sin profundización ni entendimiento. No se indagó en el pasado de la familia, en las sorpresas que aparecen en las escenas finales, cuando varios de ellos se rebelan, y se creó una sensación de rapidez y de desorden que, si bien no afecta demasiado al resultado final, pudo haber estado mucho mejor pulido y pensado.

"Dark Shadows" es una de las mejores colaboraciones Burton-Depp de los últimos años. Una cinta fiel a la serie televisiva y al estilo de su director, pero con inconvenientes en el guión (muchos personajes sin explorar). Con humor, roles delirantes y marginados, escenografías y efectos especiales plagados de detalles (la mansión Collinwood es una obra de arte aparte) y con una toma cerca del final que hace referencia directa al amor y a la pasión de Tim Burton por el expresionismo alemán. Una buena comedia de terror.

ESCENA DESTACADA: abre los ojos, una toma que parece sacada de una película alemana de los años 20.

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