WRATH OF THE TITANS

TITULO ORIGINAL: Wrath of the Titans (Furia de Titanes 2)
ORIGEN: Estados Unidos (2012)
DIRECCIÓN: Jonathan Liebesman
INTERPRETES: Sam Worthington, Rosamund Pike, Bill Nighy, Édgar Ramírez, Toby Kebbell, Danny Huston, Ralph Fiennes, Liam Neeson

FOTOGRAFÍA: Ben Davis

MÚSICA: Javier Navarrete

GUION: Dan Mazeau, David Leslie Johnson

GENERO: Aventuras, Acción
DURACION: 100 Minutos
PRODUCTORA: Legendary Pictures

CRITICA:

LA FURIA DE CRONOS

Por Martín Morales

Continuando desde el punto que la película del 2010 titulada "Furia de Titanes" dejó, esta propuesta, que cambió director y guionistas, pero no sus protagonistas, es una propuesta que mejoró los aspectos visuales para proporcionarle al espectador una experiencia atractiva y entretenida en tres dimensiones, pero que mantiene los mismos problemas respecto al guión y al abuso de los efectos especiales.

Luego de derrotar al Kraken, Perseo decide cambiar su vida y dedicarse a la pesca y a criar a su hijo. Mientras esto sucede, los Dioses comienzan a perder poder por la falta de devoción de los humanos, y Hades, después de ver que los titanes lograron escaparse de su celda, decide hacer, junto a Ares, un trato con Cronos para capturar a Zeus. Perseo no puede olvidar sus orígenes, por lo que va a comenzar una aventura para encontrar una entrada a los infiernos, rescatar a su padre y salvar a la humanidad.

Esta película podría definirse como una propuesta en la que los aspectos visuales son mucho más importantes que los narrativos. Aquí casi todo lo que sucede está acompañado por algún hecho creado por computadora y, olvidándose de los orígenes de cada una de las historias mitológicas, el resultado, producto de ese caos argumental, es un rejunte incontrolable de personajes, de relatos y de criaturas que están muy bien desarrollados visualmente, pero que carecen de un guión con sentido, coherencia y atractivo.

Lo que fue en el 2010 una propuesta en el que el aprovecho del 3D brillaba por su ausencia, aquí se revirtió la situación y, sin ser el principal atractivo de la cinta, la tecnología en tres dimensiones está mucho mejor utilizada, en especial en lo que respecta a la creación de escenas en las que diferentes objetos, estructuras o personajes se acercan al espectador. Pero, pese a que este es uno de los aspectos que se mejoró en la secuela, son muchas las características que no poseen cambio alguno y que mantienen la misma regular calidad cinematográfica de la serie.

Por un lado, el guión no tiene un hilo conductor que produzca intriga ni sorpresa, posee un desarrollo narrativo que es idéntico al de la primera película (presentación del conflicto, Perseo comienza una aventura destruyendo criaturas mitológicas y finaliza combatiendo, con los mismos resultados, a una monumental bestia, en este caso a Cronos, líder de los titanes), y no explora las diferentes historias paralelas que se van introduciendo, como la aparición de Quimera, el Minotauro o la sociedad de los Cíclopes.

A su vez, el abuso de los efectos especiales es repetitivo y poco original. Los últimos 15 minutos son excelentes en términos de acción y entretenimiento (totalmente opuestos al final de la primera parte), pero todo lo que antecede a ese desarrollo posee un uso del CGI innecesario y muy artificial (los distintos pasadizos para la llegada al infierno y las batallas con las diferentes criaturas).

Las actuaciones son correctas, pese a que el guión se aleja de toda profundidad y desarrollo interesante de las identidades de los personajes. Se destacan Bill Nighy, Ralph Fiennes y Liam Neeson, cada uno en roles secundarios bien interpretados.

"Wrath of the Titans" es una secuela que mantiene casi las mismas características de la película anterior. Una cinta en la que los efectos especiales y la pirotecnia visual son protagonistas únicos, con mejorías en la utilización del 3D y con un espectáculo final entretenido. Una propuesta con escaso desarrollo argumental y con personajes secundarios que aparecen y poco aportan al relato y al sentido del film.

ESCENA DESTACADA: batalla con Cronos, visualmente excelente.