LA NOCHE MÁS ESPERADA DEL AÑO
por Martín Morales
Luego de la fallida primera película, de una interesante premisa y de decisiones que bastaron para que la cinta original fuese una decepción, James DeMonaco vuelve a sentarse en la silla del director para llevar adelante una secuela más interesante, que abarca mejor la idea general del film y, en especial, que es más entretenida.
La purga anual en Estados Unidos sigue siendo un éxito: el delito bajó considerablemente en el país y el gobierno parece no tener intensión de eliminar esa cruda fecha de los calendarios. Esta nueva historia nos presenta a viarias personas, cada una con motivos suficientes para participar o escapar de la noche más violenta de América del Norte.
Lo primero que vale la pena destacar es que algunos de los problemas de la primera película fueron solucionados de manera inteligente en esta secuela. Aquí la acción no se encierra solo entre cuatro paredes, sino que se sale a la calle y se tiene una impresión mucho más general y terrorífica de lo que significa la purga.
Las actuaciones son correctas y, pese a que ninguno se destaca del resto, no impiden el correcto disfrute de la propuesta. Lo mismo sucede con la acción. Aquí se va más allá de lo visto en la cinta original, hay más sangre, más muerte, más tiros, más giros argumentales y algunas sorpresas a lo "Hostel" que funcionan muy bien. El film cumple con su objetivo principal: tener al espectador impaciente en la butaca.
No hay sustos bien logrados, tampoco hay una narración que acompañe con originalidad lo que sucede. Todo es bastante lineal y estereotipado. El guión entra en algunas cuestiones más políticas, se introduce a un grupo que está en contra de la fecha y se genera una moralidad muy interesante detrás del significado de la purga. El fondo de la cuestión sigue manteniendo ese misterio atrapante al plantear qué pasaría si fuese real lo que se ve en pantalla, pero fuera de eso, lo que aquí se presenta como conflicto y la manera en la que los personajes escapan deja más dudas que certezas.
Pese a que es una mejora considerable con respecto al film del 2013, "The Purge: Anarchy" sigue sin explotar al máximo su potencial y sigue sin presentar las reglas claras sobre el asunto. Una correcta secuela, que cae en lugares comunes, pero entretiene y presenta un dilema moral y social que invita al debate.
El día posterior a la purga, con cientos o miles de cadáveres desparramados por las calles... ¿Cómo es posible que esa violencia no genere más violencia o descontrol social?
La purga anual en Estados Unidos sigue siendo un éxito: el delito bajó considerablemente en el país y el gobierno parece no tener intensión de eliminar esa cruda fecha de los calendarios. Esta nueva historia nos presenta a viarias personas, cada una con motivos suficientes para participar o escapar de la noche más violenta de América del Norte.
Lo primero que vale la pena destacar es que algunos de los problemas de la primera película fueron solucionados de manera inteligente en esta secuela. Aquí la acción no se encierra solo entre cuatro paredes, sino que se sale a la calle y se tiene una impresión mucho más general y terrorífica de lo que significa la purga.
Las actuaciones son correctas y, pese a que ninguno se destaca del resto, no impiden el correcto disfrute de la propuesta. Lo mismo sucede con la acción. Aquí se va más allá de lo visto en la cinta original, hay más sangre, más muerte, más tiros, más giros argumentales y algunas sorpresas a lo "Hostel" que funcionan muy bien. El film cumple con su objetivo principal: tener al espectador impaciente en la butaca.
No hay sustos bien logrados, tampoco hay una narración que acompañe con originalidad lo que sucede. Todo es bastante lineal y estereotipado. El guión entra en algunas cuestiones más políticas, se introduce a un grupo que está en contra de la fecha y se genera una moralidad muy interesante detrás del significado de la purga. El fondo de la cuestión sigue manteniendo ese misterio atrapante al plantear qué pasaría si fuese real lo que se ve en pantalla, pero fuera de eso, lo que aquí se presenta como conflicto y la manera en la que los personajes escapan deja más dudas que certezas.
Pese a que es una mejora considerable con respecto al film del 2013, "The Purge: Anarchy" sigue sin explotar al máximo su potencial y sigue sin presentar las reglas claras sobre el asunto. Una correcta secuela, que cae en lugares comunes, pero entretiene y presenta un dilema moral y social que invita al debate.
El día posterior a la purga, con cientos o miles de cadáveres desparramados por las calles... ¿Cómo es posible que esa violencia no genere más violencia o descontrol social?
CALIFICACIÓN: 5/10
