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WE NEED TO TALK ABOUT KEVIN



TITULO ORIGINAL: We Need to Talk About Kevin (We Need to Talk About Kevin)
ORIGEN: Reino Unido (2011)
DIRECTOR: Lynne Ramsay
INTERPRETES: Tilda Swinton, John C. Reilly, Ezra Miller
MUSICA: Jonny Greenwood
FOTOGRAFIA: Seamus McGarvey
GUION: Lynne Ramsay, Rory Stewart Kinnear
GENERO: Drama
DURACION: 112 Minutos
PRODUCTORA:
BBC Films, Forward Films

























CRITICA:

AMOR Y ODIO DE UNA MADRE
Por Martín Morales

Basada en la obra literaria homónima de Lionel Shriver, esta película es una interesante representación sobre una conflictiva y extremista relación entre madre e hijo que, pese a desarrollar algunos excesos dramáticos, está muy bien dirigida, presenta un trabajo actoral maravilloso y tiene un guión narrativamente complicado, pero entendible y muy fuerte.

Eva es una mujer que tiene un hijo que desde bebé comenzó a traerle problemas a su vida. Ella hace todo lo posible por educarlo, por verlo crecer sanamente y, si bien son varios los exabruptos imperdonables que tiene, producto de una paciencia que con rapidez se fue perdiendo, no logra entender cómo todo lo que hace no tiene éxito. Kevin no va a perdonar las cosas que su mamá le fue haciendo y va a tratar de cobrar venganza de la manera más cruel, incoherente y loca posible.

Los primeros veinte minutos de la película presentan un confuso juego temporal que introducen de manera cuestionable los diferentes hechos que le van sucediendo a la protagonista. Son muchos los cambios del tiempo de la narración que van apareciendo, provocando una incertidumbre que poco a poco se va clarificando y que, gracias a las consecuentes explicaciones, logra crear un relato coherente y muy interesante. La clave principal para poder llegar a entender esta introducción se basa principalmente en el peinado y en el entorno que rodea al personaje femenino, detalles muy bien logrados por la directora y que rapidamente van depejando las dudas para darle lugar a los problemas que separan a los dos personajes más importantes de la historia.

Una vez que se presenta el conflicto y se pone en claro el juego temporal que perdura hasta el final, el guión comienza a desarrollar y a profundizar con sentimiento y dramatismo la conflictiva relación entre la madre y el hijo. Esta es una historia que en pocas oportunidades se ven sonrisas o situaciones alegres. Es un relato fuerte, rebuscado, psicológicamente perturbador y duro, en el que se ve el lento crecimiento de la locura del adolescente y cada una de las sensaciones y emociones que van invadiendo la mente y el corazón de la mujer. Este planteo dramático, que narrativamente se extiende por 17 años, está muy bien planteado y desarrollado por la directora, quien le aporta claridad y profundidad a los momentos precisos en los que la emoción es necesaria. Pero, si bien la película tiene la intensión plasmar con intensidad ese sello trágico y reflexivo presente en la novela, son algunas las decisiones por parte de ella que interfieren con la credibilidad de lo que sucede, invocando situaciones extremadamente dramáticas que poco aportan al caso, y extendiendo innecesariamente la duración para exponer matices repetidos (navidad).

El trabajo actoral es impecable, no solo al interpretar con detallismo, personalidad y mucha soltura los diferentes roles que le dan forma al relato, sino porque cada uno de ellos logró brindarle un gesto, expresión o movimiento que con el paso de los minutos se va intensificando. Tilda Swinton desarrolla otra de las grandes actuaciones de su carrera. Esa impotencia al no saber cómo educar o corregir al hijo de su personaje, y esa bajada de brazos del final, además de cada una de las situaciones que van demostrando los sentimientos y sensación de Eva, están maravillosamente interpretados por ella. Una soberbia, natural y dramática actuación. Ezra Miller (Kevin adolescente) desarrolla muy bien las emociones de su complicado personaje y, a su vez, está muy bien en las instancias finales, en esa secuencia en la que su rol va a jugar al golf y en cada una de las tomas en la cárcel. John C. Reilly acompaña muy bien la situación, encarnando a un comprensivo y buen padre, aportándole un poco de humor a sus escenas.

"We Need to Talk About Kevin" es una interesante, bien dirigida, impecablemente actuada y dura película sobre el amor, el odio, la venganza, el sufrimiento y la impotencia en una problemática relación entre madre e hijo. Con un trabajo impecable por parte de Tilda Swinton, y con una específica secuencia (colegio) que, producto del maravilloso trabajo de ambientación por parte de Lynne Ramsay, perturba y emociona. Pese a algunos desniveles y excesos dramáticos, esta es una recomendable propuesta que invita a la reflexión.

ESCENA DESTACADA: colegio y accidente doméstico.
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