DOBLE VENGANZA
Por Martín Morales
Por Martín Morales
Jim Mickle, director de "We Are What We Are", se aleja un poco del género terror de sus películas pasadas y se adentra en un policial que funciona muy bien gracias a un sólido elenco y a una narración con múltiples giros que no cae en la previsibilidad.
Richard está en su casa durmiendo con su esposa. De repente, escucha un ruido en el living. Toma un arma y con lentitud se acerca al intruso. Sin tiempo para reaccionar de otra manera, dispara y lo asesina. Tomado como un acto de defensa propia, él es dejado en libertad. Pronto, su familia se va a ver enredada en las mañas del padre del ladrón, quien quiere cobrar venganza con el hijo del protagonista.
Richard está en su casa durmiendo con su esposa. De repente, escucha un ruido en el living. Toma un arma y con lentitud se acerca al intruso. Sin tiempo para reaccionar de otra manera, dispara y lo asesina. Tomado como un acto de defensa propia, él es dejado en libertad. Pronto, su familia se va a ver enredada en las mañas del padre del ladrón, quien quiere cobrar venganza con el hijo del protagonista.
Este film posee un desarrollo muy particular: comienza siendo una cinta policial, pasa a poseer un humor negro que desconcierta en varias oportunidades, y finaliza con un festín de sangre y disparos. Cada una de estas etapas están bien diferenciadas y son algo desparejas en calidad. El primer segmento, que se extiende hasta pasada la mitad de la duración, es el mejor logrado de toda la cinta. Se manejan muy bien los tiempos; el conflicto narrativo tiene mucha fuerza y siempre produce interés; y se dan las suficientes vueltas en el argumento como para mantener el entretenimiento y el suspenso hasta llegados los últimos minutos.
El acto final es el punto bajo de la propuesta. No porque carezca de impacto o imprevisibilidad, sino porque no concuerda demasiado con el tono y el ritmo muy bien desarrollado en todo el film. El mismo se concluye siendo una expresión algo vacía sobre la venganza, se dejan muchas situaciones sin respuesta que, si uno no leyó la novela homónima, no se logran entender (la identidad del muerto; el conflictivo pasado del padre, el cual explica la impotencia del personaje y la verdadera razón de sus ganas de cobrar venganza, entre otras situaciones que quedaron fuera de la adaptación).
Pese a esto, "Cold in July" es una potente propuesta policial, que entretiene y brinda buenas dosis de suspenso. Con un trabajo excepcional por parte de Michael C. Hall, Don Johnson y Sam Shepard en los papeles principales; con una fotografía oscura y deprimente (esa escena en la que se mancha el foco de la luz de sangre y la imagen pasa a tener una iluminación en tonos rojos, es muy ingeniosa). Fuerte, intrincada y bien dirigida.
6/10 BUENA
