LA MUÑECA QUE NADA HACE
Por Martín Morales
Por Martín Morales
"El Conjuro" fue una de esas pocas propuestas de Hollywood que año a año se estrenan y dejan algún tipo de esperanza de que el género no está perdido. "Annabelle" se centra en contar lo sucedido antes de la historia central del film dirigido por James Wan y el resultado no es el esperado. Una propuesta poco original y de manual que, por sobre todas las cosas, no asusta.
Una pareja está esperando su primer hijo. Ella es aficionada a las muñecas y él está tratando de ubicarse laboralmente para enfrentar el gran cambio en sus vidas. Para pedirle disculpas por una discusión sin sentido, el hombre le regala la muñeca que tanto estuvo buscando su esposa, quien con velocidad y ansias la coloca junto a su colección. Después de un grave incidente en el hogar, la misma queda poseída por el espíritu de una joven traumada, el comienzo de la pesadilla para la familia.
Las comparaciones a veces son innecesarias, pero en este caso es contundente: los primeros 10 minutos de "El Conjuro", donde aparece la muñeca en cuestión, crean un suspenso mucho mejor logrado que en toda esta película de poco más de una hora y media de duración. Parte de esto sucede porque se siente la ausencia de James Wan en la silla del director, pero en especial por el guión que envuelve a "Annabelle".
La historia aquí desarrollada desaprovecha increíblemente la figura de la muñeca y se basa en apariciones que poco miedo producen y que escasa novedad traen al género. Annabelle termina siendo un personaje reducido a unos primeros planos o movimientos sorpresivos que nada aportan a la situación, mientras que el demonio y el fantasma de la chica muerta funcionan en verdad como los villanos. Todo es demasiado previsible, poco creativo y para nada escalofriante.
El guión narra un relato que ya hemos visto infinidad de veces (fantasma que busca venganza, tintes religiosos y una protagonista que se dedica a investigar las causas de todo lo sucedido). Pero el gran desacierto de esta producción es la falta de efecto en esa genérica manera de contar los hechos. No hay sustos, ni suspenso. El director nos regala varios planos secuencia prolijos y hermosos visualmente, pero poco de lo sucede es interesante, y nada te mantiene aferrado a la butaca.
Correctamente actuada, "Annabelle" es irónicamente una película sobre una muñeca endemoniada que no da miedo. Una propuesta poco original, con una premisa desaprovechada y con un guión flojo. Una excusa para explotar el éxito de "El Conjuro".
3/10 MALA
