TITULO ORIGINAL: Amour (Amour)
ORIGEN: Austria (2012)
DIRECCIÓN: Michael Haneke
GUIÓN: Michael Haneke
GUIÓN: Michael Haneke
INTERPRETES: Jean-Louis Trintignant, Emmanuelle Riva, Isabelle Huppert, William Shimell, Rita Blanco, Laurent Capelluto
FOTOGRAFÍA: Darius Khondji
GENERO: Drama
FOTOGRAFÍA: Darius Khondji
GENERO: Drama
DURACION: 127 Minutos
PRODUCTORA: Les Films du Losange, X-Filme Creative Pool, Wega Film
CRITICA:
HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE
Por Martín Morales
Sin duda alguna, esta es la película más intimista y sencilla de la filmografía de Michael Haneke, un director que ha pasado por muchos géneros, pero que siempre ha tocado temas relacionados de manera original y muy profunda. En esta oportunidad, se sumerge en la vida de dos ancianos, y transmite una dura mirada sobre la enfermedad, la muerte y, por supuesto, el amor.
Georges y Anne son dos abuelos que viven tranquilos en un gran departamento. Una mañana, mientras desayunaban, ella sufre el primer ataque de una enfermedad que con rapidez va a empeorar. Luego de una fallida operación, la mujer queda con medio cuerpo paralizado, y él se dedica a cuidarla, a tratar de que mejore y a transmitirle todo lo que siente, en espera de la inevitable muerte.
HANEKE Y SU TALENTO AL CONTAR HISTORIAS
La película comienza con las autoridades irrumpiendo en el departamento, con las puertas de la habitación encintadas y con la mujer acostada sin vida en la cama matrimonial. No conocemos cómo murió, la razón que justifique que el lugar esté casi herméticamente cerrado, ni cómo llegaron las flores que adornaban su cama. Gracias a la dirección y al guión de Haneke, estos misterios no son los argumentos por los que la historia gira, sino situaciones que al final se resuelven naturalmente.
La cinta explora la vida de dos personas mayores, que de un día para el otro deben enfrentarse a la enfermedad. El director expresa con realismo y con mucha delicadeza los sentimientos de ambas partes, transmitiendo una de las más puras historias de amor de la década, llevada adelante con mucha dureza, pero también con emoción, dulzura y profundidad. No hay en una sola escena un movimiento en falso, una palabra de más, un movimiento que no concuerde con la tranquilidad y con la delicadeza de la imagen. Cada expresión, cada silencio y cada alucinación (hay dos importantes) posee un papel significativo en el desarrollo del relato y, por supuesto, en el resultado final. Fuerte, conmovedora y con mucho corazón.
El trabajo actoral es soberbio. Emmanuelle Riva brinda un trabajo desgarrador en su interpretación. La dulzura de los primeros minutos, los diálogos que posee cuando quiere transmitirle sus sentimientos al marido, y la labor con la mirada en la parte final, es perfecto. Un rol complicado, pero maravillosamente logrado por la actriz. Jean-Louis Trintignant brilla en la manera en la que encarnó al esposo. Sus movimientos, esa tranquilidad que se apodera de su cuerpo y, a la vez, ese amor que siente por la mujer, están impecablemente logrados por el actor. Un elenco que convence, que emociona y que demuestra un gran talento.
La fotografía, como caracteriza a toda película de Haneke, es muy delicada, pero no se priva de mostrar la dureza de la realidad. La ambientación (el relato sucede un 99% dentro de un departamento) es muy buena y es aprovechada al máximo para mostrar la intimidad de la pareja y los miedos que esta posee. El final en la cocina, un poesía visual tan emocionante como fuerte, es el remate perfecto para la historia, tan delicado como dramático, y tan inteligente como conmovedor.
CONCLUSIÓN
"Amour" es una de las películas más personales de la filmografía de Michael Haneke. Un drama duro sobre la muerte y el amor. Una impecable dirección; una expresión de compañía inteligente, soberbia y maravillosamente interpretada. Una joya que expresa literalmente el dicho "Hasta que la muerte nos separe". Imperdible.
Georges y Anne son dos abuelos que viven tranquilos en un gran departamento. Una mañana, mientras desayunaban, ella sufre el primer ataque de una enfermedad que con rapidez va a empeorar. Luego de una fallida operación, la mujer queda con medio cuerpo paralizado, y él se dedica a cuidarla, a tratar de que mejore y a transmitirle todo lo que siente, en espera de la inevitable muerte.
HANEKE Y SU TALENTO AL CONTAR HISTORIAS
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El trabajo actoral es soberbio. Emmanuelle Riva brinda un trabajo desgarrador en su interpretación. La dulzura de los primeros minutos, los diálogos que posee cuando quiere transmitirle sus sentimientos al marido, y la labor con la mirada en la parte final, es perfecto. Un rol complicado, pero maravillosamente logrado por la actriz. Jean-Louis Trintignant brilla en la manera en la que encarnó al esposo. Sus movimientos, esa tranquilidad que se apodera de su cuerpo y, a la vez, ese amor que siente por la mujer, están impecablemente logrados por el actor. Un elenco que convence, que emociona y que demuestra un gran talento.
La fotografía, como caracteriza a toda película de Haneke, es muy delicada, pero no se priva de mostrar la dureza de la realidad. La ambientación (el relato sucede un 99% dentro de un departamento) es muy buena y es aprovechada al máximo para mostrar la intimidad de la pareja y los miedos que esta posee. El final en la cocina, un poesía visual tan emocionante como fuerte, es el remate perfecto para la historia, tan delicado como dramático, y tan inteligente como conmovedor.
CONCLUSIÓN
"Amour" es una de las películas más personales de la filmografía de Michael Haneke. Un drama duro sobre la muerte y el amor. Una impecable dirección; una expresión de compañía inteligente, soberbia y maravillosamente interpretada. Una joya que expresa literalmente el dicho "Hasta que la muerte nos separe". Imperdible.
