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EYES WITHOUT A FACE

TITULO ORIGINAL: Les Yeux Sans Visage (Los Ojos sin Rostro)
ORIGEN: Francia (1960)
DIRECCIÓN: Georges Franju
GUIÓN: Claude Sautet, Pierre Boileau, Thomas Narcejac
INTERPRETES: Pierre Brasseur, Alida Valli, Juliette Maynel, Edith Scob, François Guérin, Alexandre Rignault, Béatrice Altariba
MÚSICA: Maurice Jarre
FOTOGRAFÍA: Eugen Schüfftan
GENERO: Terror
DURACION: 88 Minutos






















CRITICA:
TODO POR AMOR
Por Martín Morales

Película dirigida por Georges Franju que se ha catalogado, merecidamente, como uno de los clásicos indiscutidos del género por su impecable uso de la fotografía, su impactante temática y, en especial, por conjugar de una manera hermosa una poesía visual que maximiza el terror y lo morboso de la propuesta.

Un médico especialista en cirugías estéticas está obsesionado con tratar de reconstruirle el rostro a su hija, luego de que ella tuviese un accidente de tránsito. Para ello, va a secuestrar a una hermosa joven y va a intentar trasplantarle su rostro. Los sucesivos y fallidos intentos van a frustrar al doctor, pero no lo van a distraer de su objetivo. Mientras tanto, la policía empieza una investigación por las continuas desapariciones de mujeres en la ciudad.

LOS LIMITES DE UN MÉDICO OBSESIONADO

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Son muchos los aciertos de esta delicada y escalofriante película: por un lado, el guión. La historia aquí contada, pese a que posee algunos toques de ciencia ficción para la época, presenta un realismo maravilloso que le juega muy a favor al tinte dramático y terrorífico de su premisa. Aquí hay asesinatos, sangre y mucho morbo, pero todo está mostrado de tal manera que impacte sin llegar a ser desagradable ni innecesario. Las cirugías plásticas y la ambición de un padre por ver bien a su hija son los dos principales hilos conductores que la narración posee, al mismo tiempo que otras ramas secundarias se van introduciendo, así como los sentimientos de la paciente, el operativo policial, las sospechas del novio de la "muerta", y la extraña relación que une a la ayudante con el médico. Un libreto que se preocupa por ser lo más creíble posible y que lo consigue.

Por otro lado, los personajes introducidos en el relato poseen identidades bien definidas, que le proporcionan las dosis justas de morbo, suspenso, drama y emoción. El padre, cegado por el accidente de su hija, que empieza a matar mujeres para poder reconstruirle el rostro; la mujer que lo acompaña, una misteriosa persona que poco se sabe de ella y que hace el trabajo sucio; la hija, el rol más interesante y mejor logrado de la película, una víctima que la mayoría del tiempo posee su cara tapada por una simple, inexpresiva y escalofriante máscara, y que posee una figura angelical, totalmente contraria al espíritu de la película (el uso de la vestimenta); y el novio, un papel secundario que con el paso de los minutos va cobrando más fuerza. Una cinta clara, con protagonistas muy bien construidos y con un lucimiento maravilloso por parte de cada uno de los intérpretes.

A su vez, la música, que parece sacada de una feria o parque de diversiones, juega muy bien con el sentido de la propuesta y le aporta profundidad al relato. Una banda sonora perfecta, que desconcierta al principio, pero que mientras los hechos van tomando forma, va cobrando fuerza y significado.

ACTUACIONES Y POESIA

Pero, hay una característica que es la más importante de esta película: la dirección de Georges Franju. El realizador decidió filmar la historia, un relato crudo y morboso sobre el mal uso de la medicina, con mucha tranquilidad y con una poesía visual que, además de crear belleza, produce los más auténticos escalofríos vistos en el género. A su vez, las actuaciones valen la pena ser destacadas, en especial Edith Scob, en la piel de la hija del médico. Sus suaves movimientos con los brazos, su pausado caminar y esa máscara que usa crean un personaje poético y sufrido que busca su libertad. Un papel muy bien interpretado y una dirección de actores, además de fotografía y de cámara, sin desperdicios (el plano final quedará en la memoria del espectador por su hermosura visual y su  significado).

CONCLUSIÓN

"Les Yeux Sans Visage" es un clásico que todo amante del cine de terror y suspenso no debe dejar de ver. Una propuesta poética y terrorífica, que ha inspirado a muchos directores y que representa una de las más puras y auténticas producciones realizadas en la historia del género. No se la pierdan.


ESCENA DESTACADA

El plano final.
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