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SHERLOCK HOLMES: A GAME OF SHADOWS



TITULO ORIGINAL: Sherlock Holmes: A Game of Shadows (Sherlock Holmes: Juego de Sombras)
ORIGEN: Estados Unidos, Reino Unido (2011)
DIRECTOR: Guy Ritchie
INTERPRETES: Robert Downey Jr., Jude Law, Noomi Rapace, Jared Harris, Stephen Fry, Kelly Reilly, Rachel McAdams
MUSICA: Hans Zimmer
FOTOGRAFIA: Philippe Rousselot
GUION: Kieran Mulroney, Michele Mulroney
GENERO: Acción, Misterio
DURACION: 129 Minutos
PRODUCTORA: Village Roadshow Pictures, Silver Pictures
























CRITICA:

UN CASO POCO MISTERIOSO
Por Martín Morales

Luego del gran desafío que significó en el 2009 llevar al cine a Sherlock Holmes, no solo por el trabajo de adaptar a la pantalla grande al mítico personaje de Arthur Conan Doyle, sino por los notables y arriesgados cambios en la personalidad del protagonista, Guy Ritchie vuelve a brindar una buena propuesta de entretenimientos, con un lucimiento actoral destacable y un diseño de producción muy elaborado, pero que repite varias de las sorpresas introducidas en la primera cinta y se olvida un poco del misterio en el desarrollo de la historia.

Varios inciertos ataques terroristas han estado acechando a la ciudad de Londres, pero, a diferencia de las autoridades, Sherlock Holmes tiene una teoría un poco más directa y particular sobre las razones de cada una de las bombas explotadas: el profesor Moriarty es el responsable. Momentos después de encontrar al Doctor Dr. Hoffmanstahl asesinado en la calle y de un vertiginoso encuentro con Irene Adler, él y su fiel compañero Watson, van a comenzar una aventura al tratar de desenmascarar al malvado y calculador profesor.

Comenzando como una continuación directa de los hechos ocurridos en la pasada película, esta propuesta le da luz con rapidez a las sombras que ocultaban el rostro del profesor Moriarty en el pasado y plantea el primer enfrentamiento cuerpo a cuerpo entre los dos personajes. Sin ser decepcionante, ni teniendo esa chispa de originalidad presente en la primera entrega, la cinta continuamente va presentando pequeñas sorpresas argumentales y visuales que entretienen, potencian el trabajo de Robert Downey Jr. y mantienen un ritmo narrativo muy interesante y veloz. Aquí se juega mucho con los disfraces; con los flashbacks, los cuales muestran algunos detalles y puntos de vista diferentes sobre el accionar de los personajes; se exagera mucho más la locura y paranoia de Holmes; y se mantienen muchas de las características humorísticas presentadas con anterioridad. El problema principal del guión se centra en que la historia carece de un conflicto fuerte y de un misterio que atrape y que impacte en su respectiva conclusión, lo que provoca que, cerca del final, ese característico momento en el que el protagonista deduce todo con velocidad este reducido a tan solo unas pocas palabras.

Una de las particularidades más atractivas de esta propuesta es el trabajo realizado con los dos personajes principales de la historia: Holmes y Moriarty. El primero está perfilado con un histrionismo mucho más marcado que en la película pasada, presenta un juego de expresiones y de movimientos que se centralizan más en el humor visual que en el aporte que los mismos le brindan a la narración (hay un momento en el que su maquillaje se parece mucho al del Guasón de "Batman") y, en especial y pese a que los increíbles juegos mentales están presentes, son varias las oportunidades en las que él se equivoca y le da la razón a su enemigo. El profesor, el mítico villano de Sherlock Holmes, juega con confundirlo y con demostrar sus puntos débiles. Dos personajes muy bien construidos que son la principal virtud de esta película (el momento casi al final cuando ambos se pelean cuerpo a cuerpo es único).

Por el lado actoral, esta propuesta le brinda a Robert Downey, Jr. la posibilidad de poder lucirse y, lejos de no hacerlo, vuelve a desarrollar una interpretación muy bien lograda de su personaje. Los movimientos corporales, las expresiones faciales, esos discursos transmitidos con rapidez y esos momentos en los que se disfraza de diferentes personas, cada una de estas características están muy bien logradas por el actor. Jude Law acompaña muy bien la acción, creando momentos muy divertidos; Noomi Rapace, en uno de los nuevos personajes de la película, está correcta; Jared Harris está soberbio en el rol del villano; mientras que Stephen Fry, como el hermano de Sherlock, se destaca en sus alocadas apariciones.

Visualmente, Guy Ritchie vuelve a demostrar su amor por la utilización de la cámara lenta y, si bien es un recurso que está algo abusado en ciertos momentos, desarrolla con maestría y soberbia una impactante secuencia de escape de una fábrica. A su vez, el vestuario, el diseño artístico de los diferentes lugares, los efectos visuales y el maquillaje mantienen el mismo nivel de calidad que en la película del 2009.

"Sherlock Holmes: A Game of Shadows" es una buena película. Una cinta que cumple con su principal objetivo: entretener, pero que carece del misterio y de la fuerza argumental como para sorprender e impresionar al espectador. Una propuesta visual y técnicamente excelente, con un destaque actoral muy bueno, con una banda sonora que vuelve a jugar con los violines desafinados y con una repetición de recursos que funcionaron en la primera película (disfraces, por ejemplo) y que aquí están algo de más. Un buen film para disfrutar en familia.

ESCENA DESTACADA: escape de la fábrica.
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