THE SECRET WORLD OF ARRIETTY

TITULO ORIGINAL: Kari-gurashi no Arietti (The Secret World of Arrietty - El Mundo Secreto de Arrietty)
ORIGEN: Japón (2010)
DIRECTOR: Hiromasa Yonebayashi
INTERPRETES: Mirai Shida, Ryunosuke Kamiki, Shinobu Ōtake, Keiko Takeshita,Tatsuya Fujiwara,Tomokazu Miura, Kirin Kiki
MUSICA: Cécile Corbel

FOTOGRAFIA: Atsushi Okui

GUION: Hayao Miyazaki, Keiko Niwa
GENERO: Animación
DURACION: 94 Minutos
PRODUCTORA: Studio Ghibli

CRITICA:

EN BUSCA DE LA FELICIDAD

Por Martín Morales

El Estudio Ghibli es el responsable de verdaderas maravillas del cine de animación oriental. En cada una de sus producciones, pese a que tuvo algunas regulares, mantuvo siempre una misma idea imaginativa y mágica muy original que, gracias al poder de la detallada animación tradicional, conmovió, entretuvo y expresó un talento muy particular de sus directores y animadores. En esta oportunidad, sin ser lo mejor de la productora, "Kari-gurashi no Arietti" es una propuesta para disfrutar y contemplar una aventura en miniatura, con emoción, color, una hermosa banda sonora y las características que hicieron grande a los creadores de "Mi Vecino Totoro".

El relato se centra en contar la vida de Arrietty, una adolescente que vive en una pequeña casa escondida con su familia de los humanos. Su padre, una noche le va a enseñar la manera en la que ellos roban minuciosamente los diferentes artículos y alimentos de las casas de las enormes personas, para así entrenarla para el futuro. Pero, algo sale mal y un niño la ve mientras estaba tratando de llevarse un poco de papel tissue de su mesa de luz. El peligro es inminente y ellos van a tener que encontrar un nuevo hogar dónde vivir.

Hayao Miyazaki, uno de los fundadores de Ghibli y director de "Spirited Away", "Ponyo", "Howl's Moving Castle", "Porco Rosso" y "My Neighbor Totoro", entre otras, aquí es el guionista de esta historia y, pese a que la cinta mantiene las características de los films de la productora, su ausencia en la dirección se hace notar, no necesariamente afirmando que el trabajo realizado por Hiromasa Yonebayashi sea decepcionante, todo lo contrario, sino porque el relato carece de la magia que el realizador le brinda a cada una de las situaciones fantásticas que suceden. Pese a este detalle, esta es una película que posee una narración sencilla, en la que las situaciones maravillosas suceden con naturalidad y dentro de un mundo en el que todo está permitido y parece posible, introduciendo una temática occidental muy bien resuelta por los guionistas y por el director.

Aquí, se propone una aventura en miniatura en la que los lugares cotidianos, ya sean la cocina, las habitaciones, el patio y las diferentes partes de la casa, son los terrenos de exploración. La enormidad de cada objeto y movimiento, y el muy bien logrado uso de los sonidos incidentales, le brindan al espectador el poder experimentar diferentes puntos de vista sobre situaciones y lugares rutinarios. Los primeros treinta minutos de la cinta, cuando el padre le enseña el trabajo a su hija, son espectaculares, no solo por cómo la oscuridad y los diferentes planos contrapicados magnifican cada cosa que se posa cerca del movimiento de los personajes, sino también por ese espíritu de aventura muy bien manejado y representado en la eufórica personalidad de Arrietty. Luego de esto, la cinta entra en lugares un poco más comunes, pero siempre manteniendo la inteligencia y esa creatividad visual y narrativa característica de los films de la productora.

La animación tradicional aquí es muy detallista, con un grado de realismo impecable; la banda sonora acompaña con calidad y belleza las diferentes pinturas visuales, el trabajo realizado por Cécile Corbel se destaca desde la primera escena; la labor vocal está a la altura de las grandes producciones de Ghibli; mientras que la historia se toma su tiempo para narrar con tranquilidad el relato, permitiendo la aparición de un humor muy sutil, y de la emoción y reflexión en los minutos finales.

"The Secret World of Arrietty" es una película técnicamente asombrosa, con una calidad visual muy precisa y con un uso de la música que ayuda a la creación de cada una de las atmósferas tranquilas y de riesgo que van apareciendo. No es el mejor film de la productora, y está lejos de poseer el mismo nivel mágico y arriesgado de demás cintas de Ghibli, pero es una propuesta redonda, para divertirse, reflexionar y, nuevamente, para sentirse maravillado por el poder de la animación tradicional.

ESCENA DESTACADA: los primeros 30 minutos.