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THE IRON LADY



TITULO ORIGINAL: The Iron Lady (La Dama de Hierro)
ORIGEN: Reino Unido, Francia (2011)
DIRECTOR: Phyllida Lloyd
INTERPRETES: Meryl Streep, Jim Broadbent, Anthony Head, Richard E Grant
MUSICA: Thomas Newman
GUION: Abi Morgan
GENERO: Drama
DURACION: 100 Minutos
PRODUCTORA: La Petite Reine, ARP Sélection
























CRITICA:

UNA ACTUACIÓN QUE BUSCA SU PELICULA
Por Martín Morales

Las actuaciones son de suma importancia para que una idea, sentimiento o simplemente un gesto logre traspasar la pantalla, emocionar, divertir, asustar o impactar al espectador. Pero, cuando se tiene un trabajo memorable de interpretación en escena y todo lo que lo acompaña carece de la profundidad, de la imaginación y de la fuerza que esa persona le está poniendo al proyecto, sucede algo muy parecido a lo que pasa en "The Iron Lady", una película en la que Meryl Streep brilla por su fantástico retrato de Margaret Thatcher, pero que desarrolla un guión y una dirección que no acompañan con la misma calidad el trabajo de su protagonista.

La cinta se basa en contar varias situaciones que marcaron la vida de una anciana Margaret Thatcher: cuando era joven, trabajando en la despensa de su padre; los momentos en los que escuchaba diferentes discursos políticos; su fuerza y decisión, que la consagraron Primera Ministra de Gran Bretaña; y la decisión de atacar las Islas Malvinas. El relato sobre una característica y fuerte personalidad de la política mundial.

El film se introduce presentando a una anciana y enferma Thatcher lidiando con el paso del tiempo, con sus problemas personales y con los cambios económicos y políticos del presente. Es así como, de manera cronológica, ella va recordando los diferentes acontecimientos que marcaron su pasado y la transformaron en la polémica, odiada y amada figura política. El guión hace un correcto trabajo al humanizar a la mujer, contando la lucha y la fuerza con la que tomaba cada una de sus decisiones, pero falla en relatar de manera conjunta un perfil que se ajuste narrativa e históricamente al común de los espectadores. Los diferentes pasajes que ella va recordando, si bien están correctamente editados y presentan una carga emotiva bien lograda en algunas ocasiones, no expresan en su totalidad el sentido y los diferentes hechos que marcaron su vida, olvidándose de desarrollar un entorno que acompañe con profundidad la narración, y finalizando cada una de las partes de manera inconclusa y poco fluida en la generalidad. Un guión que no explora y no indaga en sentimientos ni en los propios estereotipos que definieron a Margaret, sino que hecha un vistazo hacia sus acciones con total superficialidad y una intensión efectista decepcionante en muchas situaciones.

Esta no es una cinta biográfica (estaría incompleta si lo fuese), ya que no se centra en contar un desarrollo que cronológicamente se vea unido por sus diferentes partes, es un relato sobre Margaret Thatcher que cuenta varios acontecimientos importantes de su vida, separados los unos de los otros por reflexiones y por un perfil inseguro, enfermo y bien logrado de su presente.

Pese a que el guión carece de profundidad y de un planteo narrativo que exprese con originalidad e interés la vida de la mujer, son dos las características que hacen de esta propuesta una cinta visual y actoralmente maravillosa:

Por un lado, el trabajo realizado por su protagonista y por cada uno de los intérpretes. El retrato que elabora Meryl Streep sobre Margaret es realmente soberbio y de una calidad impresionante. Es complicado, practicamente imposible, poder imaginarse a otra actriz captando las expresiones, los movimientos, el acento, la fuerza y la decisión como aquí Streep lo hizo. Un trabajo que está por encima de toda la película, que le da brillo y expresa un talento muy luminoso a cada una de las oscuras y casi indiferentes escenas. Quienes la acompañan, ya sean Jim Broadbent (el esposo); Alexandra Roach (Tatcher de joven), aunque algo deslucida en ciertas escenas; y Olivia Colman (Carol), están correctos en sus respectivos papeles.

Por otro lado, el trabajo realizado con el vestuario y el maquillaje. La etapa anciana de la protagonista, los diferentes peinados, la labor realizada con la personificación de cada uno de los roles secundarios; la vestimenta acorde a cada época narrada, todo posee una perfección que se interpone contiuamente con la poca profundidad de la historia y el desaprovecho de grandes actores.

"The Iron Lady" es una película argumentalmente decepcionante, pero actoralmente imponente y soberbia. Una cinta que desaprovecha el talento de sus intérpretes para contar de la manera más sencilla y convencional cada uno de los pasajes de la vida de Margaret Thatcher. Una propuesta para ver a una inspirada y excelente Meryl Streep en busca de una película que la acompañe.

ESCENA DESTACADA: discurso cuando decide invadir Malvinas.
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