EL ÁREA MÁS FÁCIL DE ENTRAR DEL MUNDO
por Martín Morales
Ocho años después de su debut como director con "Actividad Paranornal", Oren Peli mantiene la estética de cámara en mano de aquella película sobre fantasmas para escabullirse en el mundo de los extraterrestres. Sin mucho lucimiento, "Área 51" tiene sus momentos de entretenimiento, pero en general es una propuesta que no examina al máximo el potencial que el entorno tenía para dar.
Un grupo de amigos deciden ir a investigar qué es lo que sucede en el -Área 51-, una serie de edificaciones del gobierno de Estados Unidos en donde siempre se dijo que investigaban y hacían pruebas con seres extraterrestres. Lo que allí encuentran sobrepasa sus expectativas.
Como la gran mayoría de las películas filmadas con cámara en mano y que forman parte de los llamados falsos documentales, es inevitable que aparezcan preguntas que nunca tienen respuesta: ¿Quién hizo el montaje la película? ¿Por qué casi no existen cortes en la narración pero cuando hay entrevistas todo está editado? ¿Cuál era la necesidad de estar filmando siempre? Si a estas preguntas les sumamos un guión que directamente posee cero credibilidad en lo que desarrolla y una profundidad casi inexistente en los perfiles de los personajes, estamos frente a una película que se queda solo en el impacto visual y en algunos golpes sonido para asustar.
Los primeros treinta minutos carecen de sentido, no solo porque el conflicto no se entiende y se obliga a los personajes a tener cualquier razón para intentar entrar en el Área 51, sino porque se presentan muchas situaciones que poseen una inverosimilitud insoportable. Tres jóvenes (el cuarto se queda en la camioneta) se filtran en una de las supuestas áreas más seguras, peligrosas y custodiadas de Estados Unidos con la ayuda de un plástico que posee la huella digital de un empleado. A su vez, toman pastillas para que distintos sensores no puedan detectarlos. La seguridad pasa por al lado suyo sin verlos, helicópteros hacen lo mismo por el cielo, cruzan vallas electrificadas y andan con linternas frente a los empleados. El Área 51 aquí presentada es demasiado fácil de invadir.
Una vez que los personajes entran y empiezan a ver las distintas cosas que hay allí dentro la película mejora. Se mantiene el desorden visual y una pésima edición, pero hay situaciones que crean algo de suspenso y juegan con las distintas luces que el ambiente y las cámaras van proporcionando. Las actuaciones no están mal y los pocos efectos especiales del final tampoco desilusionan.
"Área 51" posee muy poco terror, muy poco suspenso y casi nada de interesante. Una propuesta absurda y mal escrita, inverosímil (en cómo los protagonistas se meten en el lugar) y poco divertida. Uno puede saltearse los primeros 40 minutos y literalmente no perderse de nada.
Un grupo de amigos deciden ir a investigar qué es lo que sucede en el -Área 51-, una serie de edificaciones del gobierno de Estados Unidos en donde siempre se dijo que investigaban y hacían pruebas con seres extraterrestres. Lo que allí encuentran sobrepasa sus expectativas.
Como la gran mayoría de las películas filmadas con cámara en mano y que forman parte de los llamados falsos documentales, es inevitable que aparezcan preguntas que nunca tienen respuesta: ¿Quién hizo el montaje la película? ¿Por qué casi no existen cortes en la narración pero cuando hay entrevistas todo está editado? ¿Cuál era la necesidad de estar filmando siempre? Si a estas preguntas les sumamos un guión que directamente posee cero credibilidad en lo que desarrolla y una profundidad casi inexistente en los perfiles de los personajes, estamos frente a una película que se queda solo en el impacto visual y en algunos golpes sonido para asustar.
Los primeros treinta minutos carecen de sentido, no solo porque el conflicto no se entiende y se obliga a los personajes a tener cualquier razón para intentar entrar en el Área 51, sino porque se presentan muchas situaciones que poseen una inverosimilitud insoportable. Tres jóvenes (el cuarto se queda en la camioneta) se filtran en una de las supuestas áreas más seguras, peligrosas y custodiadas de Estados Unidos con la ayuda de un plástico que posee la huella digital de un empleado. A su vez, toman pastillas para que distintos sensores no puedan detectarlos. La seguridad pasa por al lado suyo sin verlos, helicópteros hacen lo mismo por el cielo, cruzan vallas electrificadas y andan con linternas frente a los empleados. El Área 51 aquí presentada es demasiado fácil de invadir.
Una vez que los personajes entran y empiezan a ver las distintas cosas que hay allí dentro la película mejora. Se mantiene el desorden visual y una pésima edición, pero hay situaciones que crean algo de suspenso y juegan con las distintas luces que el ambiente y las cámaras van proporcionando. Las actuaciones no están mal y los pocos efectos especiales del final tampoco desilusionan.
"Área 51" posee muy poco terror, muy poco suspenso y casi nada de interesante. Una propuesta absurda y mal escrita, inverosímil (en cómo los protagonistas se meten en el lugar) y poco divertida. Uno puede saltearse los primeros 40 minutos y literalmente no perderse de nada.
CALIFICACIÓN: 2/10
