TITULO ORIGINAL: Memento
ORIGEN: Estados Unidos.
INTERPRETES: Joe Pantoliano, Guy Pearce, Carrie-Ane Moss.
DIRECTOR: Christopher Nolan.
FOTOGRAFIA: Wally Pfister.
GUION: Christopher Nolan.
MUSICA: David Julyan.
GENERO: Suspenso.
DURACION: 113 Minutos
CALIFICACION: Apta mayores de 13 años
DISTRIBUIDORA: UIP
ESTRENO EN BUENOS AIRES: 07 de Febrero de 2002
ORIGEN: Estados Unidos.
INTERPRETES: Joe Pantoliano, Guy Pearce, Carrie-Ane Moss.
DIRECTOR: Christopher Nolan.
FOTOGRAFIA: Wally Pfister.
GUION: Christopher Nolan.
MUSICA: David Julyan.
GENERO: Suspenso.
DURACION: 113 Minutos
CALIFICACION: Apta mayores de 13 años
DISTRIBUIDORA: UIP
ESTRENO EN BUENOS AIRES: 07 de Febrero de 2002
CRITICA:
CHRISTOPHER NOLAN TE INVITA A JUGAR CON LA MEMORIA
Por Martín Morales
El cine a veces da sorpresas desagradables, pero también se da el lujo de que mentes creativas puedan demostrar sus talentos y virtudes, tal como sucede en este caso. Esta cinta es un retorcido viaje por el recuerdo, un reto que desde el primer fotograma hasta el último atrae y sorprende, otro ejemplo claro de la originalidad de Christopher Nolan para hacer cine.
La historia se centra en Leonard, un muchacho que sufre de perdida de memoria a corto plazo y que está tratando de resolver el asesinato de su esposa para cobrar venganza. Para ello, anota en su cuerpo y en diferentes papeles recordatorios que le servirán de ayuda para completar el gran enigma.
El guión destella desde el primer segundo originalidad. La narración comienza con un crudo asesinato y una escena en reversa que muestra el final de la película si se la estuviese viendo en forma tradicional. El libreto es muy complejo, hay un cambio continuo con el tiempo, el cual claramente puede dividirse en dos partes: el presente y el pasado, cada una con las características propias para que el espectador no se confunda en tratar de diferenciarlas.
El pasado se desarrolla en su plenitud en blanco y negro; involucra, casi todo el tiempo, al protagonista en su habitación hablando por teléfono, y su planteo temporal es lineal. En cambio, el presente es en colores y está narrado de manera inversa, acercándose cada minuto a los hechos del pasado. Ambos pasajes están intercalados en toda la historia, lo que le exige al espectador un grado mayor de concentración y seguramente una segunda o tercera visión para entender detalles. A su vez, enriquece de manera desmedida a la historia, ya que si hubiese sido contada de manera tradicional, el sentido y el efecto que el director quiso lograr con el público no hubiese tenido efecto.
Christopher Nolan invita al espectador a sumarse a los sentimientos del protagonista, a armar en su mente un rompecabezas imaginario donde el mínimo detalle sirve para su entendimiento, y lo reta a jugar con su memoria, a recordar las primeras escenas, los diálogos y situaciones que pasaron pero que le están por suceder a los personajes.
Las actuaciones son muy buenas. Guy Pearce (Leonard), le brindó mucho suspenso a su personaje y un realismo devastador a cada una de las situaciones que lo envuelven. Su rol es un ejemplo muy humano sobre la enfermedad, que emociona y hace reflexionar y este actor logró que cada una de las cuestiones que se van desarrollando lleguen al público y lo movilicen. Carrie-Anne Moss (Natalie), en un papel muy retorcido, está perfecta y Joe Pantoliano (Teddy), mantiene hasta el final, y gracias a su caracterización, el misterio que lo hace en todo momento el principal sospechoso de la historia.
La fotografía es muy buena, especialmente en cada uno de los pasajes temporales y en los contrastes entre las sombras y las luces en los momentos blanco y negro. El trabajo de edición es fenomenal, preciso y muy satisfactorio.
"Memento" es una cinta muy inteligente, que hace pensar y deja perplejo al espectador gracias a cada una de las características que destacan el trabajo de su director. Retorcida, con un giro final inesperado y con una originalidad abrumadora en la manera de contar los hechos, esta película es el claro ejemplo que muestra la vocación y el amor por el séptimo arte de Christopher Nolan, un director que parece no tener límites imaginarios para narrar un simple hecho. Una cinta infaltable para todo seguidor de este artista y para quienes disfrutan del buen cine de suspenso. Para mirar tantas veces como nuestra persona sienta necesarias.
UNA ESCENA A DESTACAR: final
La historia se centra en Leonard, un muchacho que sufre de perdida de memoria a corto plazo y que está tratando de resolver el asesinato de su esposa para cobrar venganza. Para ello, anota en su cuerpo y en diferentes papeles recordatorios que le servirán de ayuda para completar el gran enigma.
El guión destella desde el primer segundo originalidad. La narración comienza con un crudo asesinato y una escena en reversa que muestra el final de la película si se la estuviese viendo en forma tradicional. El libreto es muy complejo, hay un cambio continuo con el tiempo, el cual claramente puede dividirse en dos partes: el presente y el pasado, cada una con las características propias para que el espectador no se confunda en tratar de diferenciarlas.
El pasado se desarrolla en su plenitud en blanco y negro; involucra, casi todo el tiempo, al protagonista en su habitación hablando por teléfono, y su planteo temporal es lineal. En cambio, el presente es en colores y está narrado de manera inversa, acercándose cada minuto a los hechos del pasado. Ambos pasajes están intercalados en toda la historia, lo que le exige al espectador un grado mayor de concentración y seguramente una segunda o tercera visión para entender detalles. A su vez, enriquece de manera desmedida a la historia, ya que si hubiese sido contada de manera tradicional, el sentido y el efecto que el director quiso lograr con el público no hubiese tenido efecto.
Christopher Nolan invita al espectador a sumarse a los sentimientos del protagonista, a armar en su mente un rompecabezas imaginario donde el mínimo detalle sirve para su entendimiento, y lo reta a jugar con su memoria, a recordar las primeras escenas, los diálogos y situaciones que pasaron pero que le están por suceder a los personajes.
Las actuaciones son muy buenas. Guy Pearce (Leonard), le brindó mucho suspenso a su personaje y un realismo devastador a cada una de las situaciones que lo envuelven. Su rol es un ejemplo muy humano sobre la enfermedad, que emociona y hace reflexionar y este actor logró que cada una de las cuestiones que se van desarrollando lleguen al público y lo movilicen. Carrie-Anne Moss (Natalie), en un papel muy retorcido, está perfecta y Joe Pantoliano (Teddy), mantiene hasta el final, y gracias a su caracterización, el misterio que lo hace en todo momento el principal sospechoso de la historia.
La fotografía es muy buena, especialmente en cada uno de los pasajes temporales y en los contrastes entre las sombras y las luces en los momentos blanco y negro. El trabajo de edición es fenomenal, preciso y muy satisfactorio.
"Memento" es una cinta muy inteligente, que hace pensar y deja perplejo al espectador gracias a cada una de las características que destacan el trabajo de su director. Retorcida, con un giro final inesperado y con una originalidad abrumadora en la manera de contar los hechos, esta película es el claro ejemplo que muestra la vocación y el amor por el séptimo arte de Christopher Nolan, un director que parece no tener límites imaginarios para narrar un simple hecho. Una cinta infaltable para todo seguidor de este artista y para quienes disfrutan del buen cine de suspenso. Para mirar tantas veces como nuestra persona sienta necesarias.
UNA ESCENA A DESTACAR: final