Pese a que la vigésimo cuarta entrega del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata no se haya caracterizado por la presencia de figuras internacionales, el evento mantuvo un nivel muy elevado con respecto a la calidad de los films en competencia y a cada una de las secciones paralelas a dichas proyecciones. Es así como en las tres competencias oficiales reinaron los buenos films, las grandes propuestas nacionales y extranjeras y la presencia de cada uno de sus directores y actores según la película presentada.
Como siempre hay cosas para mejorar: la venta de entradas anticipadas, la reincorporación del periódico, la falta de glamour o luz y por sobretodo la omisión de la intensa publicidad y la repercusión internacional del Festival. Pero dentro del mismo y pese a que el presupuesto bajo más del 50% con respecto al año pasado, diferentes acontecimientos le dieron identidad propia a esta gran semana: la inauguración de la sala 3D; los cines móviles, que llevaron gratuitamente el séptimo arte a los barrios y a las personas que no podían trasladarse por la ciudad; cada una de las charlas con los protagonistas, directores, productores y especialistas en cine, tecnologías, economía y sociedad, que enriquecieron y dieron un aire de distinción con respecto de las previas entregas.
Esas propuestas se vieron gratamente aceptadas por el público, el cual terminó con un total de casi 80 mil entradas vendidas en la semana, un 87,8% más que el año pasado y teniendo en cuenta que: se sacó un día de proyección, se redujo la cantidad de películas consideradamente y se eliminaron dos salas grandes del Festival, se podría decir que fue un gran éxito esta edición.
Por el lado personal, debo decir que a la prensa nos trataron muy bien. Todas las cuestiones, incógnitas e inconvenientes que iban apareciendo fueron resueltos con exactitud y rapidez. Los programadores, directores, actores y colaboradores permitieron que nuestra tarea se efectúe lo más sencillamente y efectivametne posible. Obviametne surgieron problemas y disgustos, pero también muchsa alegrías y satisfacciones.
En resumen un Festival muy interesante, con grandes películas y actividades especiales. Invito a todo el público que este año no pudo asistir al mismo que el año que viene se tome su tiempo para disfrutar y descubrir una experiencia cinematográfica diferente y muy divertida. Como dijo uno de los ganadores en la Gala de Cierre: "La vida tendría que ser un Festival de Cine, sería mucho más divertida". Hay cosas para mejorar, pero hay que conformarse con lo que hay y sinceramente es de buena calidad.
Hasta el año que viene, en el 25º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
Como siempre hay cosas para mejorar: la venta de entradas anticipadas, la reincorporación del periódico, la falta de glamour o luz y por sobretodo la omisión de la intensa publicidad y la repercusión internacional del Festival. Pero dentro del mismo y pese a que el presupuesto bajo más del 50% con respecto al año pasado, diferentes acontecimientos le dieron identidad propia a esta gran semana: la inauguración de la sala 3D; los cines móviles, que llevaron gratuitamente el séptimo arte a los barrios y a las personas que no podían trasladarse por la ciudad; cada una de las charlas con los protagonistas, directores, productores y especialistas en cine, tecnologías, economía y sociedad, que enriquecieron y dieron un aire de distinción con respecto de las previas entregas.
Esas propuestas se vieron gratamente aceptadas por el público, el cual terminó con un total de casi 80 mil entradas vendidas en la semana, un 87,8% más que el año pasado y teniendo en cuenta que: se sacó un día de proyección, se redujo la cantidad de películas consideradamente y se eliminaron dos salas grandes del Festival, se podría decir que fue un gran éxito esta edición.
Por el lado personal, debo decir que a la prensa nos trataron muy bien. Todas las cuestiones, incógnitas e inconvenientes que iban apareciendo fueron resueltos con exactitud y rapidez. Los programadores, directores, actores y colaboradores permitieron que nuestra tarea se efectúe lo más sencillamente y efectivametne posible. Obviametne surgieron problemas y disgustos, pero también muchsa alegrías y satisfacciones.
En resumen un Festival muy interesante, con grandes películas y actividades especiales. Invito a todo el público que este año no pudo asistir al mismo que el año que viene se tome su tiempo para disfrutar y descubrir una experiencia cinematográfica diferente y muy divertida. Como dijo uno de los ganadores en la Gala de Cierre: "La vida tendría que ser un Festival de Cine, sería mucho más divertida". Hay cosas para mejorar, pero hay que conformarse con lo que hay y sinceramente es de buena calidad.
Hasta el año que viene, en el 25º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
