Este gran actor del cine de los estudios, se inició bajo la dirección de Manuel Romero en "Una luz en la ventana" e "Historia de crímenes" y dejó una serie de papeles imborrables en esos años de gloria de la pantalla nacional. Fue Evaristo Carriego en "La calle bajo la luna", William Morris en "Cuando en el cielo pasen lista" y Pedro B. Palacios en "Almafuerte". Conmovió con su rol de condenado en "Procesado 1040" y como el sugestivo personaje central de "La bestia debe morir", de Román Viñoly Barreto. Impuso en televisión su rostro camaleónico a los personajes de Edgar Allan Poe en "Obras maestras del terror". Integró aquel quinteto actoral irrepetible y perfecto en "Los muchachos de antes no usaban arsénico", junto a Mecha Ortiz, Bárbara Mugica, Arturo García Buhr y Mario Soffici. En teatro dirigió e interpretó, entre tantas obras, el rol central de "Sangre negra", sobre la novela de Richard Wright y al torturado Willie Loman en "La muerte de un viajante", de Arthur Miller. En 1963 se radicó en España donde su figura adquiriría renombre a través de sus memorables trabajos en televisión, muchos de ellos dirigidos por su hijo, Narciso Ibañez "Chicho” Serrador.
A mediados de los sesenta retornó al país para construir su mito televisivo: allí conformaría al hombre que provocó pánico en un par de generaciones de televidentes. "El fantasma de la ópera", "El sátiro", "El muñeco maldito", "Un pacto con los brujos" y la extraordinaria "El hombre que volvió de la muerte" y su temible papel de Elmer Van Hess, cuyo último capítulo marcó más de 60 puntos de rating, fueron algunas de sus recordadas apariciones en aquella televisión en blanco y negro. En 1970 interpretó a Adolf Hitler en "El monstruo no ha muerto", entregando otra memorable interpretación. Quince años después ofrecería su último rostro en la televisión argentina con "El pulpo negro".
El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se desarrollará del 17 al 25 de noviembre.
