Dos mejores amigos (tres en realidad, si se cuenta a quien sostiene la cámara), se someten a ser víctimas de los abusadores del curso para filmarlos y exhibirlos en una película frente a todos. Pero, uno de ellos tiene otras intensiones y no se va a conformar con una simple puesta en escena.
LOS PROBLEMAS DE LA CÁMARA EN MANO
Esta es una película muy interesante en su planteo moral, y en cómo se desarrolla la personalidad del protagonista. Uno logra comunicarse muy bien con el rol para tratar de entender lo que le sucede, y para comprender esa extraña visión de los hechos que tiene. La cinta se puede dividir en tres partes: una primera, en la que se ve la creación de la película que pondrá en evidencia el abuso de los compañeros, los momentos menos lucidos y regulares de la propuesta, sencillamente porque no posee el humor que siempre intenta tener, ni el profundo interés como para enganchar al espectador.
El segundo tramo, una vez que la amistad empieza a quebrarse, está mucho mejor logrado y se experimenta muy bien con la personalidad del protagonista. El espectador empieza a ver una evolución muy creíble en el cambio de actitudes, en todo lo que causa el desenlace y la tercera parte de la narración. Un final que funciona, que impacta y que invita a la reflexión, no por cómo la película fue llevada adelante técnicamente, sino por su mensaje. Una propuesta que cumple con su objetivo, que presenta correctas actuaciones y que es exitosa por la manera en la que el conflicto narrativamente se desarrolla.
El principal inconveniente de "The Dirties" es la cámara en mano. La película deja en claro en varias oportunidades que quien sostiene la cámara no es parte del equipo técnico de la cinta, sino un personaje más que interactúa con su alrededor. Es allí donde el film falla, ya que no se logra entender quién es, por qué está todo el tiempo filmando y, en especial, por qué nunca lo tienen en cuenta como un amigo o como parte del grupo. Por momentos parece que la sensación de falso documental es a propósito y totalmente funcional al relato (le da la oportunidad al espectador de sentir en primera persona los cambios en la personalidad del protagonista), pero cuando aparece la mano del camarógrafo, o alguien habla con él, se rompe totalmente el efecto. Este recurso no fue bien implementado.
El segundo tramo, una vez que la amistad empieza a quebrarse, está mucho mejor logrado y se experimenta muy bien con la personalidad del protagonista. El espectador empieza a ver una evolución muy creíble en el cambio de actitudes, en todo lo que causa el desenlace y la tercera parte de la narración. Un final que funciona, que impacta y que invita a la reflexión, no por cómo la película fue llevada adelante técnicamente, sino por su mensaje. Una propuesta que cumple con su objetivo, que presenta correctas actuaciones y que es exitosa por la manera en la que el conflicto narrativamente se desarrolla.
El principal inconveniente de "The Dirties" es la cámara en mano. La película deja en claro en varias oportunidades que quien sostiene la cámara no es parte del equipo técnico de la cinta, sino un personaje más que interactúa con su alrededor. Es allí donde el film falla, ya que no se logra entender quién es, por qué está todo el tiempo filmando y, en especial, por qué nunca lo tienen en cuenta como un amigo o como parte del grupo. Por momentos parece que la sensación de falso documental es a propósito y totalmente funcional al relato (le da la oportunidad al espectador de sentir en primera persona los cambios en la personalidad del protagonista), pero cuando aparece la mano del camarógrafo, o alguien habla con él, se rompe totalmente el efecto. Este recurso no fue bien implementado.
CONCLUSIÓN
"The Dirties" es un ejercicio muy interesante sobre el bullying y sobre la venganza. Una propuesta visual y técnicamente cuestionable, pero que funciona por su guión y por cómo todo empieza a desarrollarse pasada la primera mitad. Con un impactante final y con una moraleja que invita al espectador a la reflexión.
