TITULO ORIGINAL: The Yellow Sea (El Mar Amarillo)
ORIGEN: Corea del Sur (2011)
DIRECTOR: Na Hong-jin
INTERPRETES: Ha Jung-woo, Kim Yun-seok, Cho Seong-ha
FOTOGRAFIA: Lee Sung-je
MUSICA: Jang Young-gyu, Lee Byung-hoon
GUION: Hong Won-chan
GENERO: Drama
DURACION: 140 Minutos
DISTRIBUIDORA: Popcorn Film
MUSICA: Jang Young-gyu, Lee Byung-hoon
GUION: Hong Won-chan
GENERO: Drama
DURACION: 140 Minutos
DISTRIBUIDORA: Popcorn Film
CRITICA:
VENGANZA, MUERTE Y SANGRE
Por Martín Morales
Intenso thriller surcoreano que, con un guión que explora y mezcla diferentes géneros, con una creación de climas impresionante, con un trabajo de descripción de los personajes muy bueno y con una dirección que aprovecha cada uno de los aspectos narrativos y visuales de la propuesta, logra convertirse en una interesante, cruda y explícita película donde se demuestra la locura, el desprecio por la vida y la sed de venganza de manera sangrienta y dramática.
Un hombre no sabe cómo conseguir dinero para pagarle a un grupo de mafiosos, a quienes su esposa, la cual se fue con otro hombre, les quedó debiendo. Luego de perder las ganancias del día, él es taxista, el dueño del lugar va a captar y a aprovechar su desesperación y le va a encomendar una arriesgada misión: ir a Corea y asesinar a una determinada persona. Luego de dudarlo un poco y de llegar a la conclusión de que esa podría ser la única manera de poder saldar su deuda, acepta el trabajo. Midiendo sus acciones, espiando a la víctima y tratando de encontrar un punto débil donde atacar, él se encuentra inmerso en una red de corrupción de la cual le va a ser muy difícil salir. Su vida y las de sus seres queridos van a estar, velozmente, en peligro.
La historia se divide en cuatro partes, diferenciadas por separadores y que van desarrollando el relato con detallismo y describiendo de manera minuciosa la personalidad del protagonista, acentuando la narración en sus dudas, miedos y fortalezas. La primera parte, titulada "El Taxista", se centra plenamente en introducir el problema que aparece en la vida del personaje, sus relaciones laborales y familiares, y en la posible resolución a todos sus inconvenientes. Aquí, el trabajo realizado por Jung-woo Ha es muy bueno, ya que transmite los matices dramáticos y desesperantes de su rol. Una primera parte muy interesante, llevada adelante con una fotografía precisa y que pinta de manera desordenada y sucia las diferentes calles y locaciones cerradas por donde el personaje se mueve.
El segundo tramo de la historia, el cual se centra en desarrollar el conflicto principal del relato, o sea el asesinato de la persona en cuestión, fue llevada adelante con mucha tranquilidad, en especial en los momentos en los que el protagonista comienza a pensar la manera más apropiada para poder matar a su víctima, y con mucho dramatismo, llamando a un suspenso que siempre está presente y al factor sorpresa que en todo momento aparece en la narración. La persecución policial que sucede en los últimos minutos de este segmento es realmente soberbia y está representada con una velocidad y con una calidad visual y fotográfica que demuestra el talento del director. Es aquí, donde también la película comienza a explorar otras aristas de la vida del protagonista y de los mafiosos (el amor y la red conflictiva), las cuales provocan que la narración se convierta en un complicada y muy grande historia sobre la criminalidad asiática. A su vez, la sangre empieza a correrse poco a poco por entre los escalones y los cuerpos de los personajes.
Las restantes dos partes de la película se basan en abrir los terrenos, a alejarse un poco de la figura protagónica y a comenzar a plantear diferentes situaciones secundarias que finalizan con una serie de actos en los que el desquicie, la morbosidad y la violencia son los principales atractivos para cada uno de los personajes en escena. Hay torturas, persecuciones maravillosamente filmadas, una cantidad incontable de hachazos y un centenar de víctimas que poco a poco van cayendo y van tiñendo de rojo sangre esta historia de venganza y locura, creando una inverosimilitud cerca de la conclusión incontrolable. Pero, y es allí donde aparece el gran talento del director, el relato, pese a que es mucha la violencia que aquí aparece, nunca se aleja de ser fiel a sí misma, de continuar con el desarrollo narrativo y de permitir que distintas emociones y sentimientos aparezcan en diferentes oportunidades. Un guión bien escrito, que se remata de manera dramática e irónica.
El trabajo actoral es muy bueno. Jung-woo Ha está muy bien en el papel protagónico; Yun-seok Kim encarna un personaje que minuto a minuto va cobrando importancia y fuerza, y lo interpreta correctamente (esa locura del final está muy bien lograda); mientras que Seong-Ha Cho, quien aparece cerca de la mitad de la duración, juega con la seriedad, el miedo y la inseguridad de su rol.
"The Yellow Sea" es una película que, por su extensa duración, permite desarrollar con detallismo y crudeza una historia muy grande y ambiciosa sobre el accionar de la mafia, sobre el amor, la venganza y la política. Un relato sangriento en el que es innumerable la cantidad de muertes que aquí suceden, con una fotografía y una dirección excelentes y con un trabajo actoral muy bueno. Una cinta que pone a Na Hong-jin entre uno de los mejores realizadores del género de Corea del Sur.
UNA ESCENA A DESTCAR: primera persecución